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ELECCIONES EN VENEZUELA: A LAS PRUEBAS ME REMITO

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Por Alina Bárbara López Hernández ()
Matanzas.- “Los hechos no pueden ser destruidos por los conceptos”, afirmaba Boileau, poeta y crítico literario francés que vivió entre los siglos XVII y XVIII. Le asistía toda la razón; sin embargo, su comentario puede ser glosado con esta observación: los conceptos sí pueden encubrir, al menos por un tiempo, a los hechos.
Eso ha ocurrido en relación a las elecciones venezolanas. Hace poco, en el muro de mi querido amigo Mauricio De Miranda Parrondo, una especialista en comunicación pretendía convencernos de que lo que sucede en Venezuela es resultado de una gran campaña comunicacional que pretende presentar una «narrativa» adversa al gobierno de Maduro.
En los tiempos que corren se nos alerta de que ninguna fuente es creíble, hay que desconfiar de todas. Esa es una de las peores consecuencias de la potsmodernidad. Se pretende instaurar dudas acerca de la existencia de la realidad. Según los «comunicólogos», todo lo que vemos es resultado de la manipulación, «de la dictadura del algoritmo». La verdad ha muerto, viva el reino eterno de la «potsverdad».
Soy consciente de que la realidad puede ser manipulada, pero tengo un método infalible para evitar ser víctima de «las campañas comunicacionales». Soy historiadora, soy además una inmigrante a la era digital y no soy ni remotamente especialista en comunicación, no obstante, pienso igual que el poeta francés en el sentido de que hay hechos que hablan por sí mismos con la suficiente contundencia como para convencernos de que «algo pasó de verdad».
Veamos algunos:
-Nicolás Maduro declaró públicamente antes de las elecciones que las iban a ganar «a las buenas o a las malas»(video existente).
-Hubo muchas denuncias formales, algunas circularon en video, donde ciudadanos que serían testigos ante las mesas de sus lugares de votación, cosa establecida en la ley, fueron impedidos de acceder a esa función.
-A los testigos de la oposición autorizados por ley para supervisar el conteo de votos ante los rectores del CNE, se les impidió el acceso en las mismas puertas de esa institución. En un video se observa claramente que a Delsa Solórzano, presidenta del partido opositor Encuentro Ciudadano, y testigo de la Plataforma Unitaria ante el CNE, no le permitieron ingresar al edificio. Tampoco dejaron entrar a Perkins Rocha y Juan Carlos Caldera y otros delegados opositores para observar los resultados de las elecciones del 28 de julio. Además del video donde se aprecia esto, ellos dieron una conferencia de prensa en la que denunciaron la arbitrariedad.
-Según el gobierno de Nicolás Maduro, hubo un hackeo originado desde Macedonia del Norte que ralentizó el conteo de votos, sin embargo, no le ha solicitado al gobierno de ese país abra una investigación para dilucidar el asunto. Al menos no se conoce sobre tal investigación en curso, si es que se está desarrollando.
-El CNE no mostró las actas como debería, y como establece la ley electoral de Venezuela. Por su parte, el TSJ, que acaba de dictaminar la victoria de Maduro como podrán leer en el artículo cuyo link dejo acá, declara quedar como guardián de las actas. De modo que ninguna instancia imparcial ha podido acceder a ellas.
– El Centro Carter, que pudo observar las elecciones invitado por el gobierno de Maduro, y que había avalado como confiables los resultados de cuatro procesos electorales anteriores en Venezuela durante la etapa chavista, esta vez presentó un informe preliminar que dictamina como no confiables los resultados. Asimismo hizo el Panel de la ONU.
-El sistema electrónico de votaciones de Venezuela, aprobado en 2004, se precia de ser altamente confiable pues deja una saga a lo largo del proceso. Ello permitió a la oposición disponer de las actas que deben ser entregadas en cada colegio, según la ley, no se las robó ni mucho menos. Esas actas fueron publicadas. El gobierno, sin embargo, no publica las copias que están en su poder.
Estos son hechos, es data constatable y objetiva que no depende de nuestras preferencias políticas. ¿Qué han existido campañas comunicacionales de uno u otro bando? Muy cierto. Pero los hechos no pueden ser destruidos por ellas. A los hechos me atengo.

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