Enter your email address below and subscribe to our newsletter

Comparte esta noticia

Por Jorge Menéndez ()

Cabrils.- Este podría ser el título de la nueva telenovela china que nos intenta vender el gobierno cubano, como solución a la larga y desesperante crisis de generación eléctrica.

Después de cuatro apagones generales por caída total del sistema de generación eléctrica, el gobierno cubano apela a la comprensión, la solidaridad y a la instalación de más de 1000 MW en parques solares este año y con la intención de duplicar estas cifras.

La apuesta la hacen únicamente al sol, como salida a la depauperante situación del sistema de generación por termoeléctricas cubano.

Las cifras que nombra el gobierno, cuando todo eso esté instalado, significa que no quedarán tierras ni para cultivar mangos, pues hablan de parques fotovoltaicos como si se tratara de caramelos.

No he oído hablar a nadie de la contaminación visual ni medio ambiental que estas instalaciones a mansalva ocasionan. Tampoco he escuchado decir de las áreas que ocuparan estos parques, ni dónde estarán situados.

Soluciones desesperadas

Todos estos proyectos Made in Cuba me recuerdan a un desesperado que no sabe que hacer, mendigando soluciones tipo Alamar, un bello proyecto socialista de viviendas, o la llamada Zafra de los 10 millones, o la Zona Franca del Mariel, ruinosa donde las haya, o quizás las inversiones en hoteles que permanecen vacíos.

Esos son ejemplos claros de proyectos socialistas.

Me viene a la mente que por el año 2015, un estudio hecho por las autoridades cubanas y rusas respecto al sistema eléctrico nacional, que desde la Revolución Energética de Fidel Castro ya traía serias deficiencias.

Entonces los especialistas rusos , que en eso son unos cracks, plantearon la necesidad de inversión para la modernización y ampliación de capacidades de las termoeléctricas, porque la vida útil de las mismas llegaría a su final sobre el 2022 o el 2023.

Se aprobó un plan inversionista financiado por Rusia, con la única premisa de que Cuba financiara el 10 por ciento inicial. La historia es harto conocida: el dinero se fue a hoteles y los planes se pararon en seco.

Soolo con sol es imposible

Ahora, mi sentido común me dice que es totalmente imposible mantener una economía con sol. Nadie vive hoy únicamente del sol y estos sistemas se ven como complementarios a los tradicionales sistemas de generación.

Los sistemas solares de energía, aparte de la contaminación visual, generan una dependencia total del sol, de tal manera que el día que no salga el astro rey no habrá generación. Así de sencillo.

Estos sistemas requieren de potentes baterías de almacenamiento de energía, que hoy en día son carísimas y de vida limitada.

Cuando llegue su final de vida requieren de un reciclaje caro y altamente contaminante, fatal para el medio ambiente, tanto o más como las baterías eléctricas de los coches.

Sobre estos temas no oigo hablar a nadie del gobierno. La palabra de orden es instalar e instalar, que desde luego paleará un déficit determinado de MW, pero bajo ningún concepto cubrirá las necesidades industriales de desarrollo de la isla, haciéndose más calamitoso el déficit en horas de la noche.

En su día los especialistas rusos no descartaron la energía fotovoltaica como complemento a las termoeléctricas y Cuba ignora eso.

Habrá otro cuento chino

Mucho me temo que cuando terminen de instalar la barbaridad de parques fotovoltaicos esos, vendrá el siguiente cuento chino, convirtiendo la electricidad en Cuba en la historia del nunca acabar.

Seremos sin ninguna duda el primer importador de velas del mundo y en un determinado momento, cuando no existan otras variantes, comenzaremos a construir nuevas termoeléctricas. De eso no tengo ninguna duda.

Hay quién dice que con el dinero de la torre López-Callejas, como se conoce al Hotel Torre K, se podría haber construido una termoeléctrica. Al menos yo lo creo perfectamente posible.

Cuba tiene la gran suerte de contar con mucha energía solar, pero también la gran desgracia de unos gobernantes incapaces.

El sol nos ayudará sin duda alguna, pero no resolverá para nada la situación del sistema electroenergético nacional. Eso es una realidad por más que el gobierno nos diga lo contrario.

Esto es, nunca mejor dicho, ‘un brindis al sol’, y puede salir mal.

Deja un comentario