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Cuando Robert Redfort y Meryl Streep protagonizaron juntos Memorias de África (o África Mía – 1985), su química era innegable. Lo que la mayoría de la gente desconoce es que su vínculo fuera de la pantalla era igual de genuino y duradero.
Redford dijo en una entrevista que lo que lo atrajo a trabajar con Meryl fue su profundidad e inteligencia emocional. Añadió: «Es la actriz más completa con la que he trabajado».
Pero su relación no se basaba solo en profesionalismo, sino en un discreto respeto mutuo.
Meryl, conocida por ser meticulosa y emocionalmente sincera en sus actuaciones, reveló en una ocasión que se sentía «segura y reconocida» trabajando con Redford.
Esa confianza se tradujo en las poderosas e íntimas escenas que compartieron en ‘África mia.’
Años después, en un homenaje a la carrera de Redford, Meryl pronunció un emotivo discurso. Dijo: «Era el chico de oro del cine estadounidense, y siempre dejaba espacio para que todos los demás brillaran».
Su conexión nunca se limitó a titulares ni a la prensa sensacionalista: se basó en la confianza, el arte y una profunda admiración. Un dúo hollywoodense atemporal en todos los sentidos. (Tomado de las Redes)