Por Arturo Mesa (Facebook)
La Habana.- Hoy tocó médico. No pasa nada, pero el chequeo es rutinario. Tienes que conocer a tu médico y la instalación encargada de tu seguro.
Y allá me fui. Me presenté, me mandaron a sentar y 10 minutos después me llamaron por mi apellido
̶ Míster Amberno (así sonó aquello). Es Imbernó pero en fin.
Me tomaron la presión, me auscultaron, me hicieron un físico breve y me hicieron un cuéntame tu vida completo. Luego le pregunté a la doctora:
̶ ¿Y usted seguirá siendo mi doctora siempre?
̶ No, mijo, -dijo aquella mujer- yo soy la enfermera, la doctora viene enseguida.
Entonces salió y a los tres minutos llegó mi doctora. Y sin mucha presentación me preguntó:
-¿Se puede saber por qué dejaste de tomarte la pastilla de la presión? !Vaya porque tienes 142 con 82!
̶ Je, je …ah doctora 142 no es na’. Mire, yo aprendí a tomarme la presión, además cuando me sube la presión enseguida me da dolor de cabeza así que me tomo mi pastillita y ya está.
̶ ¿Ah porque tienes las pastillitas?
̶ Si, si yo las traje, lo que no me las tomo porque estoy en talla mi dóctor.
̶ ¿Entonces desde Cuba ya no te las tomabas?
̶ Correcto, y le explico. Mire, yo era una especie de orador en público, vaya un guía de turismo en guagüita y entonces el enalapril me daba tos y eso me daba pena con los clientes y entonces lo eliminé. Luego vino Daniel, mi médico, -cómo lo extraño, doctor!- y me dijo que me lo iba a cambiar por un noséqué «pino», pero na, uno está en talla. Pa qué.
̶ Me imagino que hayas subido de peso desde que estás aquí y eso es de cuidado.
̶ Ya usted ve doctora que uno está en talla. Pues no. Hasta he bajado de peso. Si mi pincha ahora es casi lo mismo con la diferencia que en bicicletas, entonces uno se mantiene en el peso y haciendo ejercicios, como les gusta a ustedes.
Mi doctora es muy simpática la verdad, hasta me dijo que era verdad que mi salud estaba bien y el pulso y la respiración. También es muy ocurrente y allí mismo soltó:
̶ Todo eso está muy bien, pero hay algo que todavía no entiendo.
̶ Pregunte por esa boca, compañera.
̶ Ven acá, de verdad que tú dejaste la guagüita con aire acondicionado pa venir a dar pedales en pleno día con el calor que hay en esta ciudad.