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NO ES MI PROBLEMA, PERO VOY A OPINAR

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Por Ulises Toirac ()

La Habana.- Quiero aclarar que Estados Unidos no es mi país, que Donald Trump no es mi presidente, y que no es mi problema.

Mientras las consecuencias no me golpeen directamente, no es mi asunto.

Respeto la decisión de cada cual a preferir, respetar, querer, adorar y poner fe ciega en la persona que crea para dirigir su país y las reglas que para eso existen en cada país.

He preferido no lanzarme al ruedo de opiniones sobre Trump, en primer lugar, por respeto con amistades que lo consideran un excelente presidente. Incluso cuando en el afán de ensalzarlo me hayan insultado.

Pongo la amistad por encima del desacuerdo político, habida cuenta de que ella nace de otros sentimientos que demuestran la calidad intrínseca de las personas.

Aclarado esto. Estoy siendo testigo de una especie de Armagedón.

Miles de compatriotas están siendo puestos en la situación de salir de un país al que acudieron desesperadamente en busca de mejor vida. De vida. Porque la que tenían no lo era.

Para muchos (para la inmensa mayoría), ese paso significó quemar las naves. Poner todo lo que tenían para alcanzarlo.

Estoy siendo testigo de la tragedia que significa esto para todos ellos. La desesperación con la que se fueron de Cuba no les abandona, ahora sin mas esperanzas.

¿La motivación para las medidas? ¿Para tomarlas de esta manera? No importan mucho, teniendo en cuenta la consecuencia. Es brutal.

Y muchos (nación jodida hasta los cimientos, naturalmente) hacen chistes y dejan aflorar cuanto sentimiento inhumano tienen en la creencia de una superioridad inexistente, de una posición a salvo que les permite enjuiciar y rechazar.

Primero está el alma. Ella habla

En cuanto a las «insuperables» cualidades de líder… He visto el fenómeno antes. Varias veces además. La diferencia estriba solamente en el nivel. América es grande.

No hay que cerrar los ojos. Volverla a hacer es un juego. Lo es hasta tal punto que sus decisiones en el entramado comercial y económico desestabilizan el mundo entero.

Si Cuba hiciera algo como las medidas arancelarias recién tomadas por la administración norteamericana, no se enteraba nadie del asunto.

En cambio, lo sucedido a partir de la semana anterior, fue un terremoto que no solo ha golpeado a la economía doméstica de EE.UU. sino la de todo el mundo.

En este sentido: el entramado comercial internacional es como un organismo vivo… La lineas de crecimiento, los acuerdos, las ayudas, las coaliciones, los grupos… son expresión de un status quo.

Estoy viendo la ley del peo en el local. Cuando esto sucede, la gente se reacomoda. Esto significa en el orden global que las economías y empresas van a reacomodar sus alianzas y objetivos.

Van a evadir depender tanto de «el del peo», visto que depender, puede ser nocivo. Y esto es a la larga, una pérdida de liderazgo.

Y America es grande (o lo era), además, por la rica historia de la nación americana.

Los fundadores, cuya madurez y sabiduría quedó plasmada impactantemente en la «Declaración de la Independencia», diseñaron además, en su Constitución, una Nación con unos valores que no están siendo respetados. Con la justificación que sea. Y es el fenómeno del que hablaba, que he visto anteriormente varias veces.

En cuanto a la economía interna, las guerras, las anexiones, las amenazas, los amagos… dan la impresión de no ir por buen camino, para decirlo noblemente.

Amigos trumpistas, no admito reacciones extremistas. He sido respetuoso diciendo lo que pienso pero no con la crudeza con la que en realidad lo pienso.

No voy ni a discutir. Llevo semanas leyendo y estudiando, son bienvenidos para opinar siempre y cuando mantengamos la cordura y las buenas maneras.

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