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Por Arturo Mesa ()
Atlanta.- Si a un exportador extranjero yo le pago 100 dólares por su carne de cerdo, una vez que el hombre traiga el producto, el dólar ya no regresa, deja de circular y desaparece. El exportador lo usa para ampliar su negocio y yo tengo que inventarme otros 100 dólares para la próxima compra.
¿Pero qué pasa si ese vendedor es un productor nacional al que se le paga lo mismo? ¿A dónde va a parar el dólar? ¿Deja de circular? ¿Desaparece? ¿Qué pasa si incluso ese productor también puede comprar el pienso que necesita a un productor nacional? ¿Quién necesita del dólar entonces? ¿Quién prospera?
El Estado debe velar por la disponibilidad y la prosperidad colectiva, de una forma u otra. Si un porciento de la población se enriquece por crear un producto deberíamos sentirnos felices y motivar su crecimiento.
La dolarización parcial es sinónimo de la despesoalización total: Lo peor que le puede pasar a una economía. Vean las movidas del de enfrente y aprendan. Otra cosa es que haya la mismas ofertas en la moneda nacional y la recaudación «acelerada» se enfoque en extranjeros, turistas, personal diplomático etc.
De haber oferta en moneda nacional a la par de la oferta en divisas, la gente que trabaja y contribuye al progreso no se ve obligada a generar una moneda con la que no se genera progreso y que al final, pende del hilo del capricho de su dueño. Todo lo que reduzca el poder del peso cubano es camino seguro a más pobreza