Por Ulises Toirac ()

La Habana.- Está interesante la decisión de eliminar varias medidas contra Cuba por parte de la administración de Joe Biden en respuesta a la liberación de unos 553 prisioneros de las cárceles como parte de una negociación en que intermedió el Vaticano.

Las medidas incluyen sacar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo (en seis meses no se han observado acciones del Gobierno de la isla dirigidas en ese sentido), derogar unas cuantas sanciones y dejar sin efecto el memorando presidencial de 2017 que endureció las sanciones sobre todo sobre personas e instituciones ligadas al ejército y el partido.

La Cancillería se pronunció diciendo que era un avance positivo pero ‘no lo suficiente dada la envergadura del embargo’.

Yo intuyo (ni puta idea real) que haya un nivel de compromiso (debido a que Biden estará saliendo en breve de la silla), que haya sido colegiado entre las dos administraciones (saliente y entrante) y que dado que el Vaticano es garante, ambas naciones cumplan los compromisos que entrañan esos acuerdos (de los que a todas estas, estoy convencido que no se saben todos).

El tema es que se pone muy, muy, interesante por las perspectivas que (independientemente de lo que haya expresado la Cancillería cubana) abre en la distensión de mejores oportunidades para la economía. Y ahí es donde se pone sabroso el mantecao, porque pienso que es sólo una parte de la bolá. El traiding ok, aplausos. El cómo se maniobra para hacerlo efectivamente provechoso para la economía es oootra cosa… O se aprovecha la posibilidad de darle un giro más realista a la economía… O va a seguir siendo la misma mo**neta de hasta hoy.

El llamado a trabajar no es lo medular. Los esclavos trabajaban. Era otra época. Y los hacían PRODUCIR (que es el verdadero pollo del arroz con pollo) a latigazo limpio. Y ya lo dije: era otra época.

Y producir lleva que haya incentivo para trabajar y producir. No sólo que la gente tenga un salario con el que vivir con decencia (que ya de por sí es un rollo lograrlo), sino acabar de tomar medidas que solucionen definitivamente las trabas para lograr empresas interesadas realmente en ganar dinero PRODUCIENDO y haciendo crecer SU economía y con ello, la del país.

Esa partecita, que es la que «vade retro Satanás» «por aquí no pasarán», cierra los ojos a la evidencia más que experimentada y demostrada de que las «relaciones socialistas de producción» (que entre paréntesis nunca lo han sido) no han demostrado su suficiencia.

Ya va quedándose sin excusas la incompetencia. Ahora se está poniendo la timba a tres trozos. Vamo a ver esta temporada a ver qué pasa con la serie.

(De los más de 500 prisioneros «comunes» hablamos otro dia)