Por Ed Libedinsky ()

Buenos Aires.- ‘Los comedores de patatas’ es ampliamente considerada como la primera obra maestra de Vincent van Gogh, pintada en 1885 mientras vivía en la pequeña aldea rural de Nuenen en los Países Bajos.

Van Gogh buscaba capturar la realidad cruda y no idealizada de la vida campesina, mostrando la simplicidad arduamente ganada de su existencia. Las cinco figuras en la pintura están sentadas alrededor de una mesa modesta, compartiendo una comida de patatas bajo el resplandor de una única lámpara de aceite. El uso de tonos terrenales y las características exageradas y ásperas reflejan sus vidas laboriosas, con manos que han trabajado en los campos ahora comiendo los frutos de su trabajo.

Van Gogh fue profundamente influenciado por artistas anteriores que se centraron en la clase campesina, como Jean-François Millet. Su intención era resaltar la dignidad y humanidad en el arduo trabajo de los campesinos, en lugar de romantizar la vida rural. Van Gogh creía que la pintura era una «verdadera pintura campesina», representando la autenticidad de estas figuras—personas cuya existencia estaba lejos de las representaciones idealizadas populares en ese momento.

Detalles ocultos:

El ambiente de la habitación es pequeño, íntimo y oscuro, con solo la tenue luz de la lámpara de aceite iluminando la mesa y los rostros. Las líneas ásperas y angulares en las figuras y la habitación débilmente iluminada crean una sensación de cercanía pero también de penuria. Cada figura está profundamente absorta en el simple ritual de comer, y la falta de adornos en el espacio enfatiza la dureza de sus vidas.

La paleta de colores apagados—dominada por marrones, verdes y azules oscuros—fue una elección deliberada de van Gogh, con el objetivo de evocar la calidad polvorienta y terrenal de los mismos campesinos, muy similar a las «patatas polvorientas» que comen.

¿Por qué es importante?:

Los comedores de patatas fue el intento de van Gogh de probarse a sí mismo como un artista serio, capaz de la complejidad de la pintura de figuras.

Aunque la pintura no fue bien recibida de inmediato, y algunos, incluso, criticaron sus aspectos técnicos, hoy en día se considera un poderoso comentario sobre la dignidad humana y las luchas de la vida rural.

El realismo sin pulir de la obra allanó el camino para las posteriores obras maestras de van Gogh, mostrando los primeros signos de la profundidad emocional y la técnica innovadora que definirían su estilo.