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CRÓNICA DE UN DÍA CALUROSO

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Por Alina Bárbara López Hernández ()
Matanzas.- Hoy, entre 10:30 y 11:30 am, realicé sin dificultad mi acto de protesta cívica mensual, durante el cual llevé al cuello un cartel en blanco como símbolo de la represión a la libertad de expresión por parte del Estado cubano, cosa que haré cada 18.
A pesar de que al estar en el Parque de la Libertad incumplía la medida de reclusión domiciliaria que me fue impuesta, hace un mes de manera injusta, no fui detenida ni molestada. De hecho, no habían allí patrullas o agentes de la PNR. Eso constituye una verdadera paradoja, pues el pasado mes, cuando la detención era ilegal por completo, se procedió contra Jenny Pantoja y contra mí con violencia extrema.
Y más alucinante aún es que no se atrevan a detenerme hoy, y desde ayer le tengan una guardia operativa a Jenny fuera de su casa, y que además amenacen a otras personas que no tienen restricción alguna para el ejercicio de sus derechos. Así quedan al desnudo, una vez más, la discrecionalidad y la incoherencia del aparato represivo.
El único incidente me ocurrió cuando regresaba a casa y sufrí una abrupta bajada de la tensión arterial producto de la altísima temperatura, a la cual soy muy sensible. Gracias a las personas que me auxiliaron y al chofer de la guagua que me ayudó, muy amables.
También gracias a mis vecinos por su preocupación. Evidentemente el mes próximo debo escoger un horario donde el calor sea menor.
Gracias a los compatriotas de dentro y fuera de Cuba por su apoyo. De ahí viene el término «compatriota», no de compartir una ideología u opinión política, sino de compartir el desvelo y la preocupación por la patria común.

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