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Por Manuel Viera ()
La Habana.- Se siente uno decepcionado del mundo cuando el mundo no hace más que decepcionar. La lentitud de la política mundial abruma y ya vamos por cinco días asistiendo a uno de los más escandalosos, autoritarios y sangrientos robos electorales de la historia.
Llevamos cinco días viendo reprimir, atemorizar, matar, abusar de todo un pueblo y los políticos del mundo siguen haciendo planes para irse de vacaciones a Ibiza o a Mykonos.
Decepcionan los políticos del mundo cuando callan, o se abstienen, ante una verdad enorme. Decepcionan cuando, a pesar de ver morir a decenas de inocentes, cuando a pesar de ver arrastrar niños, madres, mujeres, prefieren abstenerse que votar a favor de algo solo porque es contradictorio a su política.
La postura de 11 países de América ha sido asquerosa. Es ese silencio asqueroso lo que se compra con el petróleo venezolano.
No es de humanos callar ante el crimen. No es de humanos callar ante el genocidio y la masacre. El poder político está para servir no para perpetuarse en él. El poder político del mundo tiene el deber humano y moral de terminar con este absurdo.
El dictador venezolano ha declarado con total desvergüenza al mundo que abrirá dos mega cárceles de máxima seguridad para meter en ellas a todo el que se le oponga, que es la inmensa mayoría del pueblo, al más fiel estilo de los campos de concentración de la Alemania nazi.
Y allí siguen los políticos del mundo, lentos, inmóviles como estatuas. No es digno apoyar a un dictador que, previamente, declaró que de perder se convertiría en dictador, que llevaría al país a un baño de sangre. No es digno apoyar a un dictador que ha robado el poder a la fuerza. Allí están publicadas las actas que el dictador no publica, allí es perfectamente verificable para todo el mundo su derrota, incluso es verificable su voto para cada venezolano. Cada minuto que pasa solo hace que el dictador se envalentone más llegando incluso a desafiar al mundo.
Durante varias décadas, Estados Unidos actuaba como gendarme del mundo, intervenía en conflictos o terminaba con narcodictaduras como la de Manuel Antonio Noriega en Panamá. Eran respetados… Hoy Washington decepciona, han perdido su prevalecía, ya no influye apenas sobre la geopolítica americana y su papel es prácticamente nulo y que se moleste quien se moleste pero debo decir que la debilidad de Estados Unidos es un hecho innegable. Están a punto de convertirse en nadie en el mundo.
Me siento mal hace días, prefiero no escribir, me asquea decirme cubano sabiendo la imagen que hoy deja mi país, siendo uno de los contados estados que apoya, sin siquiera abstenerse a hacerlo, a una dictadura declarada que asesina y abusa de millones de venezolanos.
¡Siento vergüenza! Me siento mal de ser un cubano de tierra de mambises, mientras el mundo oye decir que Cuba apoya al burro venezolano. Espero que el mundo y el pueblo de Venezuela sepan entender que no es el pueblo de Cuba, es la voluntad de su gobierno. Un gobierno que desde hace mucho no permite decidir y que tampoco representa a la mayoría de los cubanos. ¡Fuerza Venezuela!