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Por Anette Espinosa ()
La Habana.- Los pueblos se merecen los gobiernos que tienen, decía siempre un vecino, cuando observaba las cosas que pasaban y la parsimonia de todos, que permanecíamos en silencio mientras se ultrajaban nuestros derechos.
En el vídeo que aparece a continuación (https://www.facebook.com/100008052648546/videos/1213199599880471), hecho público por el influencer Yosmani Mayeta, se observa a un numeroso grupo de cubanos reclamar con vehemencia en el Aeropuerto Internacional José Martí, a los funcionarios y empleados de la aerolínea Wingo, porque no los dejaban subir a los aviones.
Según información, para volar necesitaban una visa de tránsito por Colombia, pero no la tienen, porque el gobierno de aquel país -casi seguro que de acuerdo con el de La Habana- cambió las reglas recientemente.
Los cubanos comenzaron a gritar, a reclamar sus derechos, incluso para que, en última instancia, les devolvieran su dinero. Si escuchan bien el vídeo, se darán cuenta de que hay algunos que dicen que la aerolínea o los trabajadores del aeropuerto, no respetan sus derechos humanos.
Se refiere al derecho a viajar, como si ese fuera el único derecho que tiene una persona. Esos mismos no gritan nada cuando vienen dos oficiales del Minint y de manera extremadamente grosera, les dicen que desalojen el lugar.
Uno de los representantes de la autoproclamda ‘quinta mejor policía del mundo’, como si fuera uno más del vulgo, se dirigió a los presentes con un «¡Vamos, vamos, vamos, abandonen la terminal. Se acabó la bullería en la terminal!», com si estuviera tratando con cerdos, o seres sin derecho alguno.
Son palabras de un oficial superior, tal vez un teniente coronel, pero la forma de expresarse es más propia de alguien sin rango alguno, o que trata con animales, que de un agente del orden, que lidia con personas. Y con personas afectadas, cuyos derechos fueron violados, además.
Cuando el oficial, en su arranque de chabacanería, comenzó a sacar a las personas del lugar, nadie dijo nada, nadie protestó, e iniciaron la retirada.
Por eso estamos como estamos, como decía mi vecino.