Enter your email address below and subscribe to our newsletter

Muito obrigado

Comparte esta noticia

Por Víctor ovidio Artiles ()

Caibarién.- Salí en función de mejorar el aspecto de mi alacena. En aquel espacio hay más para ala que para cena. Vaya… para salir volando. Voy pasando por los puntos de reventa y no hay granos. Dos factores contribuyen al desabastecimiento: casi no se produce y la inflación vuelve bicha a la gente por lo que están esperando a que el picao esté peor para subir aún más los precios.

Un transeúnte comunicativo me dice que vaya a las MIPYMEs que tienen de todo. Salgo rumbo a esa multitud de tiendas privadas y desde lejos veo los paquetes de arroz, frijoles y azúcar. La vendedora, muy seria ella, parece una dependienta de Farmacia. Poco le faltó para pedirme el Método. Cambia la propiedad, no la mala forma.

Sobre el mostrador, un paquete de arroz me mira sonriente. Un paquete de frijoles me guiña un ojo con una seña graciosa. Aprieto un puño dentro del short, como Pedro Navaja.

Pregunto precio, trago, me seco una lágrima y pago muchísimo. La farmacéutica sonríe con una malsanidad evidente, como si me hubiese vendido antibióticos vencidos. Me pongo a detallar los paquetes y los tres son brasileños. En voz baja digo que le ronca y ella me enseña los dientes y dice: «Muito obrigado. volte logo»

La miro a los ojos y le aclaro: «Por supuesto que es obligado, de lo contrario no te compraba». No supe si había pagado con pesos o con cruceiros. «Están gente se creen que todos somos como el señorito Malta».

Con mi jaba bailando lambada y caminando como Roberto Carlos, me alejo de Sao Paulo recordando que Cuba siempre quiso eliminar el monocultivo y lo logró: ahora no cultivamos nada. La cosa no está ni mejor ni peor, todo lo contrario.

Deja un comentario