Noticias de Cuba

EL COMBINADO DEL ESTE ANDA REVUELTO

¿SI TÚ PUEDES MARCHAR, POR QUÉ YO NO?

ESAS FOTOS QUE ASUSTAN EL FUTURO DE CUBA

Enter your email address below and subscribe to our newsletter
Por Roberto San Martín ()
Mi abuela un día se olvidó de quién era. Se olvidó de cómo se decían las palabras y empezó a inventárselas. Bajo su mirada azul, todo empezó a transformarse, se hizo bruja con los años.
Lo olvidó todo de todos, menos de nosotros, sus nietos. Jugaba con nuestros nombres, nos cambiaba los rostros y se reía de nuestras impaciencia, de su despiste, como si estuviera haciendo un chiste que solo ella pudiera entender. A mí esa risa me ponía triste, siempre.
Abuela me cantaba cuando niño. Le cantó primero a mi hermana y a mi primo después de mí, pero siempre cantaba para dormirnos.
Conmigo no lo logró nunca. Nunca he dormido siesta, y no lo hago todavía. Cantaba canciones viejas, canciones dulces o tristes, canciones de cuando las canciones para niños hacían llorar a los adultos, canciones que ya no recuerdo, ni yo ni nadie, porque mi abuela se olvidó un buen día de todo. Y las canciones se fundieron en ese amasijo de melodías sin nombre en el que se convirtió. Mi abuela que, a pesar de reír, siempre estaba triste y cantaba.
Mi abuela se enamoró de mi abuelo desde siempre. Lo olió una tarde al pasar por un cine y supo que ese era el olor del amor, o al menos lo sería desde ese momento para ella… esa mezcla de olor a periódico recién hecho, a Old Spice (colonia muy barata de la época, pero mi abuelo era linotipista y no le daba para más) y carne de mulato blanconazo que volvió loca a mi abuela para siempre.
La pobre, nunca más supo vivir consigo si no era a través de él. Mi abuela no ha muerto, de hecho estoy seguro de que no morirá nunca, pero murieron sus canciones. Murió La Habana de los años cincuenta, que me contaba con lujo de detalles. Murieron las luces de Galiano y las escaleras eléctricas de Fin de Siglo.
Mi abuela no ha muerto, pero ya no se acuerda de nada. No se acuerda de reír (o no tiene porqué) ni de llorar. Mi abuela es un bolero con nombre de bolero… Dos Gardenias para ti…
(Tomado del muro de Facebook de Roberto San Martín)