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LAS PREGUNTAS DE CADA DÍA Y LA CERTEZA DE LA NAVIDAD

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Por Manuel Viera ()

La Habana.- Se me sale una lágrima cada vez que alguien me pregunta si ante un cambio político en Cuba se eliminaría la «canasta básica» que venden en las bodegas, o que si los jubilados seguirían cobrando sus pensiones.

Algunos preguntan, incluso, si seguirían existiendo hospitales y escuelas gratuitas.

Han sido 65 años y el cuento del coco capitalista realmente ha calado muy hondo en la mente del cubano, al punto que hay algunos que olvidan que fuera de Cuba viven seres humanos que se alimentan, que se enferman y niños que van a la escuela.

Anciano cubano: “El hambre está acabando conmigo”Y también doctores, ingenieros, abogados que estudiaron allí. Y ancianos que reciben ayudas y jubilaciones una vez que llegan a la edad establecida.

Soy de los que se preocupan más por lo que ellos si tienen y a nosotros nos han robado: sueños, planes, esperanzas, ganas de progresar, de salir adelante, de emprender. Derecho a vivir dignamente, a decidir la educación que quieres para tus hijos, a encontrar hospitales limpios y abastecidos, farmacias con medicamentos.

Asimismo, derecho a tener voz y voto, a influir en el destino de la sociedad en que vivo. A vivir sin miedo. A que no decidan por mí lo que puedo hablar, pensar, vestir, comer, leer, estudiar, manifestar, incluso ver en la televisión.

Derecho a decidir qué política practicar, que profesión ejercer con independencia de mi pensar.

Colas interminables por la gasolinaMientras digo esto, no puedo pensar en otra cosa. Esta Navidad también pasaré frío, sin planes, sin sueños, sin esperanzas. Tengo la certeza de que esta Navidad estaré también despierto a la medianoche pero alejado de turrones, bebidas y manjares.

Esta Navidad estaré donde mismo estaba el año pasado… ¡en la cola de la gasolina!

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