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La otra tormenta, el paquete económico que golpeó sin aviso 

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Por Eduardo Díaz Delgado ()

Madrid.- Mucha gente ni se ha enterado, porque justo así lo planearon. El régimen cubano acaba de meter otro paquetazo antipopular, aprovechando el caos y el miedo que provoca la cercanía del huracán Melissa. Y uno se pregunta: ¿a quién, en medio de un huracán categoría 4, se le ocurre anunciar un paquete de medidas económicas que van a destrozar aún más a un pueblo agotado?

La respuesta es simple: a quien quiere que nadie se entere y a quien le importa un carajo el pueblo.

Porque eso es exactamente lo que han hecho. Mientras la gente trata de asegurar una vela, un poco de arroz o una tabla para que no se le caiga el techo encima, estos parásitos publican un mamotreto de 92 páginas con una colección de abusos que solo puede salir de una cúpula desconectada de la realidad.

Ahí van algunas perlas:

Seguir eliminando los pocos subsidios que quedaban.

Subir los precios de la canasta básica, que ya no alcanza ni para una semana.

Aumentar las tarifas eléctricas, cuando la gente pasa más horas a oscuras que con luz.

Encarecer el agua (que casi nunca llega) y el transporte, que ya es una odisea.

Subir el precio del combustible en dólares y del gas licuado.

Dolarizar aún más la economía, mientras los salarios siguen en pesos de miseria.

Cobrar peajes en más carreteras, aunque estén llenas de huecos y sin mantenimiento.

Exprimir con nuevos impuestos y ahora, para colmo, meter el IVA, que solo servirá para encarecerlo TODO aún más.

Topes de precios, multas, persecución al cuentapropista y, por supuesto, más recursos para el ejército y la Seguridad del Estado.

¿Y saben lo más descarado? Que estas son más o menos las mismas medidas que ellos mismos aplicaron antes y que provocaron esta crisis.

Los mismos que destruyeron la economía, que fundieron el salario, que prohibieron a los profesionales trabajar fuera del Estado —obligándolos a vivir como esclavos— son los que ahora vienen con el mismo recetario de miseria, presentándolo como “reformas necesarias”.

No quieren subsidiar al pueblo, pero el pueblo sí los subsidia a ellos, trabajando por salarios humillantes para mantener un aparato estatal que lo oprime, lo controla y lo arruina.

Y mientras tanto, ni una palabra en Granma, ni en Cubadebate, ni un resumen, nada. Solo colgaron el PDF en silencio, como quien deja una bomba y se esconde.

La tormenta que viene es fuerte, sí. Pero la verdadera destrucción vendrá después, con estas medidas.

Y si no se acaba de derrumbar este sistema podrido, es porque todavía hay quien le aguanta las paredes.

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