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LA INJERENCIA Y EL DERECHO MORAL

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(Tomado del muro de Facebook de Jorge Menéndez)
La Habana.- Aquello del ‘Derecho Moral’ es una frase archiconocida por todos los cubanos, de adentro y afuera de la isla, utilizada por el castrismo cuando algún país decide criticar al régimen de La Habana por su irrespeto a los derechos humanos, por los presos políticos que niegan tener y a los cuales presentan como delincuentes o contrarrevolucionarios, o quizás, como en días recientes, cuando encarcelaron a una persona por criticar al Minint en redes sociales.
Esa frase se nos grabó en la mente hace 64 años y, desde entonces, el gobierno cubano, haciendo uso de su limitada imaginación, no le cambia ni una coma.
En las últimas horas, el Parlamento Europeo emitió una condena sin paliativos contra el régimen cubano por la falta de libertades y el irrespeto a los derechos ciudadanos, conminando a La Unión Europea a tomar medidas. Todo eso, mientras se acerca la Reunión Unión Europea-Celac, sobre la cual el canciller Bruno Rodríguez, como no podía ser de otra forma, ya declaró que la estaban envenenando los enemigos de la revolución cubana.
Curiosamente, quien mira a Cuba y las declaraciones de su gobierno, pensará que se trata de un país de ensueño, que la inflación y los altos precios de los productos que le venden a la población, cuando hay qué vender, son culpa de las navieras y de los productores extranjeros, cuyas ofertas son muy caras.
Los apagones, la falta de insumos y la inexistencia de medios de transporte son consecuencia del criminal bloqueo de los Estados Unidos contra la indefensa isla, donde todo funciona a la perfección y cuyo gobierno jamás se ha metido en los asuntos internos de ningún otro país. Incluso ni en Angola, Venezuela, Etiopía, Bolivia… y así una lista interminable.
Según el gobierno, en Cuba no existen prisioneros políticos, ni nadie está en prisión por oponerse al régimen. En fin, nuestro gobierno nunca tiene culpa de nada. Son los enemigos de Cuba los culpables, los que envenenan la atmósfera Celac-UE.
Ahora bien, si observamos la votación del Parlamento Europeo, nos damos cuenta de que la declaración contra Cuba tuvo 359 votos a favor, 50 abstenciones y 226 en contra. Allí, los parlamentarios pueden, incluso, oponerse, algo que es impensable en Cuba, que tiene en el mundo más enemigos que amigos.
El gobierno cubano se aferra a los tres o cuatro iluminados del Partido Comunista Español para dar imagen del «gran apoyo» del que goza la revolución, y a los cuales el designado presidente cubano, Miguel Díaz Canel, dio las gracias en redes sociales y los consideró «incondicionales amigos de Cuba».
El mandatario, al que no le va nada bien en cumbres internacionales, también anunció su asistencia al cónclave UE-Celac, y desde ya espero ver los términos en los cuales Europa se dirige a Cuba. Y no solo los representantes europeos, sino también algunos líderes latinoamericanos, que no las tienen todas con la cúpula cubana.
Por el momento, toca esperar los acontecimientos, pero la realidad nos dice que, a pesar de tener firmado un tratado de derechos humanos con la UE, hasta hoy Cuba ha seguido haciendo lo mismo de siempre, y Europa ha mirado hacia otro lado.

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