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LA HISTORIA DETRÁS DE LA FOTO (XXXIII)

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Por Jorge Sotero ()

La Habana.- Eres bueno si sientes como propios los abusos contra otros, los padecimientos del próximo, el crimen, el hambre ajena, la necesidad de aquel que, por edad u otras limitaciones, no puede llevar una vida digna.

Es de humanos, de buenas personas, lamentar lo que pasa con el desvalido, con el que sufre, incluso con el que está obligado a comerse un pan como los de las fotos. Un pan que, tal vez, sea el alimento del día de una familia de maestros, de campesinos, de obreros, con niños y ancianos incluidos.

Este pan no es de La Habana. De hecho, no tengo ideas del lugar de Cuba donde lo venden pero sé que para el interior lo venden así y hasta peor. Es un pan cubano, y luego la empresa encargada dice -sus dirigentes se llenan la boca para decir- que cumplieron con la entrega de un pan de 80 gramos por persona.

En un país donde un joven, un niño o un anciano se tengan que comer un pan así, se acabó la dignidad. Y que no me venga nadie con el cuento de que en otros países del mundo no hay ni así para ciertos sectores, porque es una mentira total. En el mundo hay pan, muy barato, mejor que ese, hasta en Haití, en el Haití que fue una vez un país rico y que ahora se muere en las manos de las mafias y las bandas armadas, la herencia que dejó más de medio siglos de dictaduras.

Un ser humano no se puede alimentar como un perro, o como un cerdo. Hasta los perros se alimentan mejor que los cubanos en este mundo. Ese pan no puede caer bien en el estómago. A mí, mejor hecho que ese, me genera acidez. Y eso es lo que los padres le tienen que dar a sus hijos. Algunos los tuestan, casi hasta quemarlos, pero otros no tienen corriente, gas u otro combustible para tostarlo. Porque ni eso hay en Cuba.

Esta foto es una muestra de la realidad cubana. El país donde un ser humano se coma un pan así, es un país fracasado, con un gobierno incapaz, inútil, corrupto. Porque los gobernantes sí comen buen pan, con buen queso, mantequilla, jamones, salsas de decenas de tipos diferentes, y el resto no tiene la posibilidad.

Un gobierno que obligue a un pueblo a comer un pan así no debería existir. Y al pueblo al que le vendan cosas como estás, cual si fueran buenas, debería levantarse y expulsar a los gobernantes, sin importar que unos pocos miles defiendan a los gobernantes, que unos chivatos les cuiden las espaldas, que la policía y las fuerzas armadas no sean más que hordas de cobardes comprados por unas migajas.

Un país así no debería existir. Me duele decirlo, pero es lo que creo. Cuba, la isla hermosa que obnubiló a Cristóbal Colón cuando desembarcó en ella hace más de 530 años está condenada. O sacamos a los Castro y su cohorte de asesinos e ineptos, o no tendremos nada que ofrecerle a las generaciones posteriores, si es que hay generaciones posteriores.

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