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Indignación y tensión en Las Tunas. Desde la Escuela “Rita Longa” en la ciudad capital, donde se encuentran albergadas familias que lo han perdido todo tras el paso del huracán Melissa, se reporta que autoridades y custodios están impidiendo que ciudadanos y miembros de iglesias entreguen ayuda de manera directa a los damnificados.
Según testimonios desde el lugar, quienes han llegado con alimentos y donaciones están siendo obligados a entregar todo “a través de los canales del régimen”, en lugar de permitir el contacto directo con las víctimas de la tragedia.
Personas que, con enorme sacrificio y solidaridad, decidieron hacer lo que el Estado no ha hecho —llevar apoyo inmediato al necesitado— ahora enfrentan amenazas de ser desalojadas y hasta arrastradas por la policía simplemente por intentar ayudar al prójimo.
“No nos dejan ayudar. Todo lo quieren controlar ellos. Si damos la comida directamente a las familias, nos acusan y llaman a la policía”, denuncian testigos desde el lugar.
Una vez más, el régimen prefiere controlar y politizar la ayuda, antes que permitir que el pueblo alivie el sufrimiento de otros cubanos.
Cuba no necesita control, necesita humanidad. (Tomado de La Tijera)