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Por Eduardo González Rodríguez ()
Santa Clara.- Si aceptamos que tenemos un modo diferente de pensar la economía -o de justificar un tipo de economía que hasta el momento no ha resultado exitosa-, es lógico suponer que nuestro modo de hacer periodismo, de gestionar cualquier modo de comunicación, dígase televisiva o radial, por fuerza, será diferente también.
Por eso, por diferente, es que la institución informativa cubana necesita “todos los elementos de juicio” para sacar una noticia al aire. Y por eso también, cuando tiene “todos los elementos de juicio” sobre un suceso cualquiera y está lista para informar, ya pasó una semana o quince días del suceso.
Vamos a hacer un poquitín de historia. Según Willian Randolph Hearts, pionero de la prensa sensacionalista estadounidense, una noticia debe tratar cuatro aspectos fundamentales: ¿qué ocurrió?, ¿dónde ocurrió?, ¿cómo ocurrió? y ¿por qué ocurrió?
Como la inmediatez noticiosa capitalista estaba, y está, ligada indisolublemente con la capitalización del negocio periodístico, enseñaba a cómo ser el primero en publicar un artículo sin correr riesgos de errores de apreciación o de demandas de los implicados.
O sea, basta saber “qué ocurrió” y “cuando ocurrió” para tener la cobertura de la noticia. El “cómo ocurrió” y el “por qué ocurrió”, parte más delicada del asunto, era, y es, competencia de los agentes del orden, investigadores y fiscales.
De cualquier manera, esquivando el peligrosísimo periodismo asertivo, este hombre logró colar a su apreciación de la noticia la palabra “supuesto” y “noticia en desarrollo”.
Un ejemplo: “En la mañana de hoy, en el kilómetro 300 de la autopista -esto responde el “¿dónde ocurrió?”-, un autobús chocó con un tractor que transportaba papas. -Esto responde el “¿qué ocurrió?”-. Testigos suponen -“supuestamente”- que el conductor del autobús perdió el control del mismo. En las próximas horas tendremos más detalles… -“noticia en desarrollo”.
Hasta aquí no existen violaciones del código de comunicación. Es cierto que “en la mañana de hoy, en el kilómetro 300 de la autopista, un autobús chocó con un tractor que transportaba papas.” Es cierto que los “testigos suponen que el conductor perdió el control”. Lo demás, lo definitivo que falta en el reporte, el “¿cómo?” y el “¿por qué?”, será puesto en conocimiento público cuando los investigadores tengan una conclusión. Por eso es una noticia en desarrollo.
Hemos visto noticias en internet -noticias del extranjero, por supuesto- donde alguien ha sido sorprendido en una escena del crimen portando un arma blanca. A este individuo lo sacan del lugar esposado y es conducido por dos o tres agentes. Este tipo de sucesos tiene un público bastante amplio. Hoy tenemos internet, aviones y satélites, pero seguimos siendo Roma.
Las personas observan morbosamente cuando meten al individuo en un carro patrullero. Bueno, así y todo, a ningún periodista que se respete, se le ocurriría reportar que “el criminal ha sido conducido por los agentes del orden”. En todo caso se habla del “presunto criminal”, porque sorprender al individuo armado en la escena, es solo el comienzo de un proceso, no el final. Pero, al menos, las personas sabrán que en el reparto fulano de tal, entre las calles tal y más cuál, a las cinco de la tarde, hubo un hecho violento.
De cualquiera de esas noticias, insisto, con nuestra manera de trabajar la comunicación, nos enteramos veinte días después. ¿Por qué? Porque “necesitamos todos los elementos de juicio”. Es gracioso, porque en algunos países, después de dar la primera noticia con inmediatez, “aquí y ahora”, pueden demorarse muchísimo más de 15 días, a veces años, en cerrar el proceso. ¡Pero comenzaron a informar desde el primer día!
Es por eso que mucha gente se informa, o hace el intento de informarse, a través de plataformas o agencias alternativas de noticias y no mediante la prensa nacional o local. Y, bueno, es que las noticias de los periódicos, las de televisión y las de radio son las mismas. Haga la prueba. Mañana lea el Granma, luego vea el noticiero de la una de la tarde en TV y escuche los espacios noticiosos de la radio. Quizás por eso también es que la prensa cubana no es rentable.
Creo que hemos hecho una trinchera del periodismo defensivo. Nos parece más eficiente, más útil, más a tono con lo que entendemos por noticia. Y cuando no hacemos periodismo defensivo, exprimimos hasta el absurdo los recursos apologéticos en función de la propaganda.
Aquí les pongo dos ejemplos de periodismo defensivo: Un medio alternativo publica en una plataforma de internet que próximamente en Cuba se venderá el gas en la moneda de los yanquis, y claro, a los cubanos esa idea no les gusta. Dos días después un medio oficialista pone FAKE NEWS sobre una captura de pantalla de la publicación alternativa.
Es mentira, dicen, manipulación del enemigo en su afán por desestabilizar y crear caos en un país ya bastante caótico y desestabilizado. Explican entonces que se mantendrá la venta de gas (cuando exista) según los contratos acordados, pero… para garantizar los procesos de importación, transporte y distribución, habrá que poner en venta una cierta cantidad de cilindros de gas a 50 dólares, por ejemplo, para las personas que puedan adquirirlo.
Eso deberá de amortizar de alguna manera el gas de la población normalita, es decir, la que trabaja hace más de cuarenta años, pero no ha podido desligarse -con el salario que percibe- del subsidio estatal.
Tenemos TV, imprentas, señales de radio, pero como les dije, esto sigue siendo Roma.
El segundo ejemplo es viejo y peina canas. Aclararon en TV que ciertos grupos de enemigos estaban sembrando la matriz de opinión de que iban a desaparecer las tiendas de CUC para dejar solo tiendas de MLC.
Allí dijeron -¡en TV!- que eso es era una falacia. Eso no es Cuba ni será Cuba. ¿Se acuerdan? Pues ahora, unos años después, también se acabarán las tiendas en MLC y finalmente, sin tanta muela, nos van a poner en fulas el areito.
La noticia, FAKE NEWS posiblemente, de que van a cobrarnos una parte de electricidad en moneda nacional, y la otra, la que va más allá del límite que una comisión establezca, tendremos que pagarla en pesos norteamericanos, se parece tanto a otros Fake News que a la larga resultaron ciertos, que más que sospechar de gente interesada en crear inestabilidad y ruido, parece una estrategia de comunicación para preparar el terreno enyerbado de la opinión ciudadana.
Por cosas así ya no me interesan los periódicos. Más que informar, duelen. Más que ilustrar, confunden. Si no pueden decir la verdad (la verdad que hasta un niño conoce) es preferible el silencio. A veces el silencio es más elocuente que una enciclopedia.
P/D: Si les parece largo el texto, más largos son los apagones. Y no me estoy justificado. Buenos días, Cuba.