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Por Oscar Durán
La Habana.- Un 76 % de las empresas privadas cubanas se declara optimista o muy optimista de cara a 2026, a pesar de que seis de cada diez prevén que la economía nacional estará algo o mucho peor el próximo año.
Así lo indica el Primer Estudio de Clima Empresarial para Micro Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes), elaborado por la empresa de servicios corporativos Auge, a partir de una encuesta aplicada a 175 directivos de firmas privadas con hasta cien empleados y, en su mayoría, con más de tres años de operaciones.
El informe destaca una marcada contradicción entre la percepción que tienen los emprendedores sobre el desempeño de sus propios negocios y la visión negativa que mantienen sobre el contexto económico general del país. Según los autores, esta divergencia evidencia una profunda falta de confianza en el entorno en el que operan las Mipymes, lo que limita el potencial del sector, frena la inversión y orienta la innovación más hacia la supervivencia que hacia un crecimiento cualitativo.
Aunque la mayoría de los encuestados espera aumentar sus ventas y utilidades en 2026, las previsiones son más cautelosas en cuanto a nuevas inversiones y generación de empleo. Los niveles más altos de optimismo se concentran en los sectores de tecnologías de la información y la comunicación, el comercio mayorista y minorista, la producción industrial y agrícola, así como la gastronomía y el alojamiento.
Entre los principales problemas enfrentados en 2024 sobresalen la inflación (60 %), la deficiente infraestructura estatal (43,4 %) y el acceso limitado a divisas (38,9 %).
De cara al próximo año, las mayores preocupaciones de las Mipymes son la inestabilidad económica (68 %), la posibilidad de nuevas regulaciones (56,6 %) y un incremento de la inflación de costos (48 %). En ese contexto, los empresarios consideran prioritario que las autoridades trabajen en la estabilidad regulatoria, el acceso real y autónomo a divisas y el reconocimiento del aporte del sector privado a la economía nacional. El estudio identifica estos elementos como parte de los principales cuellos de botella sistémicos que afectan el dinamismo empresarial, junto a la elevada inflación y los apagones prolongados.
Auge recomendó avanzar hacia una mayor predictibilidad legal, mejorar los mecanismos formales de acceso a divisas, institucionalizar el diálogo entre el sector privado y el Gobierno y adoptar políticas efectivas contra la inflación.
La empresa aclaró que los resultados no constituyen una generalización estadística del conjunto del país, dado que la muestra no fue aleatoria, pero sí ofrecen una valiosa aproximación cualitativa a las preocupaciones de un segmento activo del ecosistema de Mipymes, surgido tras la autorización gubernamental en 2021, en medio de una crisis económica marcada por la contracción del Producto Interno Bruto (PIB), la inflación, los apagones y una migración masiva.