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Por Joaquín de la Sierra ()
Madrid.- En muchas ocasiones, la primera impresión es decisiva, pero el encuentro entre Cleopatra y César trascendió cualquier expectativa, marcando un episodio inolvidable en la historia. La manera ingeniosa y audaz con la que Cleopatra se presentó ante César aún hoy capta la imaginación del mundo.
En un contexto de agitación y estrategias políticas en el antiguo Egipto, Cleopatra buscaba desesperadamente presentar su causa ante César, sabiendo que su influencia era la clave para recuperar su trono.
Rodeada de enemigos y obstáculos insuperables, su determinación la llevó a concebir un plan tan arriesgado como brillante. No podía simplemente caminar hacia César; debía hacerlo de una manera que capturara su atención de forma definitiva.
La escena de su llegada, oculta dentro de una alfombra y entregada como un regalo para César, es emblemática de su ingenio y valentía. Apolodoro, su fiel servidor, cargó el precioso ‘paquete’ a través de los guardias, quienes, sin saberlo, permitieron el paso de su futura reina.
Al desenrollar la alfombra y revelar a Cleopatra, César quedó instantáneamente cautivado, no solo por su belleza sino por el espíritu intrépido que demostró al arriesgarlo todo por su causa. Este momento no solo selló el destino de Cleopatra sino que entrelazó su historia con la de César de manera indeleble.