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Por Ghabriel Pérez de Holguín ()
Holguín.- Por algún misterio de la mente y los sentimientos, he decidido comenzar este texto de despedida con unos versos de María Elena Cruz Varela que siempre van conmigo.
En su poema, la poeta continúa diciendo: «la próxima estación también era mentira».
Pues yo nací entre ancianos y vi a mi abuela materna morir a los cien años. «Tu familia es longeva, te espera esa suerte», decían de mí. Y es que en tiempos de mi niñez y mi juventud se podía pensar que la muerte llegaba o se llegaba a ella después de un largo camino. Otra es la experiencia de quienes observamos el curso trágico del siglo XXI.
Hace apenas una semana, Siro Cuartel me preguntaba por el caso del joven Hermes Jesús Tamayo, el enfermero que “al parecer sufrió un infarto masivo mientras hacía su guardia en el Hospital Clínico Quirúrgico Lucía Iñíguez Landín”. En los momentos en que escribo, abro mensajes y alguien pide confirmación sobre la joven de mi provincia que presuntamente se lanzó desde un edificio.
Constantemente, la muerte de una persona joven. Es el caso que conmueve y enluta hoy a la ciudad de Holguín, pues aunque no aparezca en grandes titulares: se nos ha ido un grande. Pongo su nombre y veo que pocas veces habíamos intercambiado por Messenger, porque pensábamos igual sobre los destinos de Cuba.
En su perfil de Facebook, Vlady Alemán había escrito el lema hermoso: ¡La noche no será eterna!
Era médico. De 31 años. Vivía en el reparto El Bosque (Ciudad Holguín).
Yo, que no sé vivir con la ausencia de la madre que vi partir cuando apenas le faltaban siete días para cumplir los noventa, no sé en estos momentos de qué manera atinada y sabia pedir que Dios le dé fuerza y consuelo al alma de la madre de este gigante muchacho, con cuya ausencia no le será fácil seguir ni siquiera a sus amigos, ni siquiera, Yanet Oshunsita, a quienes como tú y yo lo conocimos apenas desde la admiración que la corta vida permitiera en nuestros chats.
@Vlady Alemán escribió pocos artículos en las redes, pero todos de una franqueza, civismo y patriotismo que ya quisieran muchos artistas e intelectuales tener. No sabía callar. Estuvo regulado en 2022, cierto tiempo sin poder ejercer la profesión.
Aunque algunos pretendan convencerme de lo inútil, yo escribo mi dolor en Facebook. Lo considero de gran utilidad y compromiso. Siento que llego al alma de este joven. Siento que no es tarde para reescribir sus palabras valientes. El 29 de marzo de 2023, Vladimir había escrito: Siempre me enorgullecí de mi bata (…) Y no, no desprecio lo que soy, al contrario, lo amo. SOY MÉDICO, pero de corazón, no puedo seguir trabajando así… Cuando quien nos oprime nos libere las alas… volveré a mi túnica de Efeso… Extraño servir, pero no servir así…»
Era rebelde. Vlady Alemán, era rebelde. Polémico. De energía contestataria.
Es triste ver que se siguen yendo los buenos. Es doloroso ver cómo se marcha, lo mismo a los exilios que a las tumbas, la Cuba joven.
Mi lágrima y mi abrazo tienen un nombre hondo hoy y otro apretón de manos que me quedo sin dar en este mundo.
Vlady Alemán, te espero en algún sitio del celeste.