Tren Habana-Guantánamo: más de 30 horas varados sin alimentos ni condiciones higiénicas

Por Elier Vicet ()

Santiago de Cuba.- Pasajeros del tren Habana-Guantánamo denunciaron haber permanecido más de 30 horas varados en la estación de Cacocum, en la provincia de Holguín, en condiciones infrahumanas, sin alimentos y con servicios higiénicos colapsados, tras una serie de fallos técnicos y operativos que evidencian la crítica situación del sistema ferroviario cubano.

Testimonios recogidos por el influencer Yosmani Mayeta Labrada, relatan que la locomotora original en buen estado fue retirada y sustituida por otra con averías, lo que dejó al convoy completamente inmovilizado.

«Hay niños, embarazadas y militares atrapados. Todos estamos desesperados, con hambre y con una peste insoportable en los baños», explicó una viajera bajo condición de anonimato.

Las autoridades ferroviarias informaron a los pasajeros que no hbía maquinistas disponibles y que deberán esperar hasta la madrugada o el día siguiente por una nueva locomotora.

Condiciones extremas y abandono

Mientras, la desesperación crecía entre los viajeros, quienes enfrentan condiciones extremas: falta de agua, alimentos y ventilación adecuada en medio de temperaturas sofocantes.

El trayecto entre La Habana y Guantánamo, que normalmente debería durar alrededor de 16 horas, se ha convertido en una odisea de más de 30 horas sin solución inmediata. Muchos pasajeros dependen de la ayuda de familiares que han acudido hasta las vías para llevarles agua y comida a través de las ventanas del tren.

Este incidente se enmarca en el progresivo deterioro del sistema de transporte ferroviario en Cuba, que sufre constantes averías, falta de inversión y mantenimiento inadecuado. Solo en 2024 se reportaron más de 60 retrasos significativos en esta misma ruta, según datos no oficiales de organizaciones de la sociedad civil.

Hasta el momento, ni el Ministerio de Transporte ni la empresa estatal de ferrocarriles han emitido un comunicado oficial sobre el incidente. Mientras, los pasajeros continúan atrapados en lo que describen como «una pesadilla sin fin», que refleja la profundidad de la crisis de infraestructura que afecta al país.