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Por Dr. Alexander Figueredo Izaguirre
Houston.- En el Hospital Provincial Gustavo Aldereguía Lima, de Cienfuegos, la sangre contaminada ya no corre por las venas de los pacientes. ¡Corre por las lámparas del techo y cae sobre sus cabezas!
Sí, como lo lees: pacientes recién operados, niños, embarazadas y ancianos han sido literalmente salpicados con sangre infectada que escurre desde los quirófanos a través de sistemas eléctricos oxidados, producto de tupiciones y negligencia extrema. El horror no termina ahí: el personal médico sigue laborando bajo este riesgo biológico, mientras las autoridades… callan.
¿Dónde están los responsables? ¿Dónde está la “potencia médica”? ¿Hasta cuándo van a seguir jugando con la vida de los cubanos?
Esto no es un caso aislado. Es el símbolo sangriento de un sistema podrido, donde la salud pública es solo un eslogan, y la vida humana… un detalle prescindible.
¡Basta de silencio! ¡Basta de impunidad! El mundo tiene que saber que en Cuba, en pleno 2025, los hospitales ya no curan: infectan.