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En febrero de 1984, una canción misteriosa y pegajosa irrumpía en los rankings del Reino Unido. «Somebody’s Watching Me» subía como espuma en el Top 100 Singles Chart, alcanzando nada menos que el puesto #6 y manteniéndose durante once semanas. Lo curioso: ¡no era una canción de Michael Jackson!
¿Entonces por qué su voz nos resulta tan familiar en el coro?
Detrás del hit se escondía una historia increíble de talento, persistencia y un poco de magia Jackson.
Kennedy William Gordy, hijo del legendario fundador de Motown, Berry Gordy, tenía solo 18 años cuando grabó un demo casero con un toque pop-funk en una vieja grabadora de cuatro pistas. Lleno de entusiasmo, se lo mostró a su padre en su mansión de Los Ángeles.
La respuesta fue dura: «Sigue escribiendo, algún día lograrás algo…»
Kennedy quedó devastado. Pero no se rindió.
Un año después, renacido bajo el nombre artístico de Rockwell, Kennedy apostó todo: le mostró su canción a los Jacksons. En una escena casi sacada de una película, llevó su demo en un radiocasete a casa de Michael y la interpretó frente a él y su familia.
Lo inesperado ocurrió. Michael, impresionado, llamó a sus hermanas Rebbie y Janet para que escucharan. Luego más personas. Cada vez que la canción se detenía, Michael traía a otro más.
Finalmente, lo miró y le preguntó: “¿Quién va a cantar los coros?”
Rockwell, sin pensarlo, respondió: “¿Por qué no tú?”
Y así fue como Michael Jackson grabó uno de los coros más icónicos de los 80.
Jermaine Jackson también se sumó para armonizar, y el resto es historia.
¿La inspiración de la canción?
Rockwell recordaba, de niño, ver a un vecino espiando por la ventana, lo que le generó una sensación constante de estar siendo observado. Así nació el concepto de “Somebody’s Watching Me”.
Con una atmósfera entre lo paranoico y lo pegajoso, y con la voz inconfundible de Michael en el coro, la canción se convirtió en un clásico atemporal. (Tomado de las redes)