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Por Anette Espinosa ()
La Habana.- Manuel Marrero lleva días en África. Pasó por Etiopía, estuvo en el Congo, se fue a Namibia, pero no fue a Kenya a averiguar por los médicos cubanos que fueron secuestrados allí hace cinco años.
Esteban Lazo fue hace un año. Iba de pasó a Namibia y los que están por encima le pidieron que pasara por Nairobi, en un intento por tapar las críticas por haber abandonado a los galenos en las manos del grupo terrorista Al-Shabab, que solo pedía un millón y medio de dólares por su liberación.
Lazo, como era de esperar, no obtuvo información alguna. Estuvo en Kenya, se hizo unas fotos, se tomo unos wiskis y se largó. En Cuba, nadie dijo nada. El gobierno no confirmó la muerte de Assel Herrera y Landy Rodríguez, pero tampoco la vida.
Ahora, un año después, le tocó a Marrero ir a África. Estuvo cerca de Kenya. Pudo haber llegado, pero no tenía motivos para hacerlo, porque los dos galenos muertos por un bombardeo estadounidense a un campamento de Al-Shabab no son familia suya.
A mediados de febrero 2024, el grupo terrorista Al-Shabab anunció la muerte de dos médicos cubanos. Y publicó fotos de ambos, o al menos de uno de ellos, pero el gobierno cubano salió a desmentirlo. Necesitaban más pruebas.
No le bastó a Díaz-Canel y compañía el comunicado del referido grupo terrorista, las notas de prensa, las fotos, porque querían que todo quedara en el limbo, porque se sabían culpables de la muerte de ambos, porque los abandonaron.
Por muy mal que ande un país, un millón y medio de dólares es una bicoca. Esa suma se puede sacar de cualquier partida, y con eso bastaba para que ambos galenos hubieran vuelto con su familia, pero los abandonaron durante cuatro largos años.
Mientras ellos estuvieron secuestrados, Díaz-Canel y Marrero no dejaron de viajar por el mundo. Llenaron sus aviones de escoltas, asesores, periodistas, ayudantes, pantristas, cocineros, peluqueros y cuantos se encontraron.
Alquilaron pisos completos de hoteles y no midieron gastos. Para ellos, para sus esposas, no hay problemas con los gastos, para los médicos que mandan al exterior sí, como en los casos de Landy y Assel.
Esta vez, Marrero no fue en un avión privado, pero igual pudo cambiar su periplo y llegar hasta Kenya. Y saben por qué no lo hizo: porque está convencido de la muerte de ambos médicos. Todo el castrismo está seguro de que murieron.
No hay una persona en Cuba que crea aún que están vivos. Ni los más optimistas de los familiares de ambos, pero nadie dice nada. La familia está aterrada y teme reprimendas si protestan, y el gobierno hace silencio porque no quiere que se hable más del tema.
Cuando Assel Herrera y Landy Rodríguez murieron como consecuencia de un bombardeo con drones al campamento del grupo terrorista Al-Shabab, la tiranía castrista se negó a reconocer la evidencia, por muchos motivos, entre ellos porque no hizo nada por rescatarlos.
La jugada estaba cantada desde entonces. No lo admitían y todo iba a quedar para siempre en el limbo, y así evitarían las críticas por haberlos dejado abandonados, por no hacer gestiones, por no soltar el millón y medio de dólares.
No dejemos de tener en cuenta la relación de La Habana con los gobiernos de la región, incluso con Somalia, donde murieron.
Los que conocemos el modo de actuar de la dictadura, sabemos que en casos como el de los dos galenos fallecidos, se lavan las manos. Así hicieron con Orlando Cardoso Villavicencio, que pasó 11 años de su vida en prisiones somalíes, tras ser capturado en una batalla cuando la guerra del Ogadén.
Ni un centavo se gastó el gobierno cubano en averiguar por Cardoso, quien fue recibido como héroe tras su retorno a Cuba, luego de ingentes gestiones y ayuda de la Cruz Roja Internacional.
Eso sí, en la liberación del entonces niño Elián González, ahora diputado a la Asamblea Nacional y defensor a ultranza del régimen, se gastaron millones de dólares.
Cifras enormes se emplearon también para devolver a Cuba a cinco de los integrantes de la llamada Red Avispa, apresados en Estados Unidos por espiar para Cuba.
Tampoco escatiman plata para los viajes de los gobernantes, para que el supuesto presidente tenga un avión a su disposición, que le permita ir de municipio en municipio sermoneando a la población en un intento desesperado por vender esperanzas.
Para los viajes de Marrero con esposa incluida y un séquito de colaboradores hay dólares. También para Lazo o el desabrido canciller, o para que Raúl Castro esté cuidado y no le falte nada, pero no para salvar la vida de cubanos comunes.
Lo de Assel y Landy alguien lo va a pagar algún día. De eso no tengamos dudas.