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lNCONGRUENCIAS DEL RÉGIMEN: SURREALISMO CASTRISTA

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Por Manuel Viera ()
La Habana.- Parecería surrealista decir que hace dos años la Fiscal General de la República y el Presidente del Tribunal Supremo aseguraban en Televisión Nacional que la manifestación era un derecho de todos los cubanos. Sería procedente preguntarles…
¿Cuántas personas han logrado manifestar su descontento en Cuba sin que hayan sido citados, procesados y encarcelados?
La manifestación pacífica en Cuba está criminalizada y es siempre tipificada como delito de desorden público o desobediencia aunque contradiga a la Constitución cubana.

Me resulta nauseabundo un sistema que deba mantenerse imponiendo miedo y escarmiento. No es la disciplina social lo que se protege, es el sistema político que conviene a unos pocos y que ya no es aceptado por el pueblo.

Enfermo, muy enfermo, el sistema que debe suponer delitos para escarmentar y atemorizar a su pueblo, que debe militarizar, amenazar y perseguir personas para prevalecer. Triste sistema que no prevalece por resultados sino por fuerza de tonfas, tribunales y cárceles. No hay nada noble o bueno en ello.

Temen a su propio pueblo oprimido, miserable y hambriento. Temen a la reacción del pueblo al hambre, a la miseria, al sufrimiento, el dolor y la muerte. Es entonces cuando el miedo, el terror, el golpe, los tribunales y la cárcel se convierten en útiles herramientas al servicio de la política.

Luego salen al mundo y aseguran que en Cuba no hay presos políticos sino presos comunes. En un país donde protestar, reclamar o manifestarse pacíficamente te convierte en delincuente.
Son buenos para procesar como escarmiento a pobres hambrientos que reclaman pero muy lentos para procesar ricos comunistas corruptos a los que incluso se protege su imagen con aquello de «cometer errores en el desempeño del cargo».
¡Parece surrealista pero es Cuba!

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