La dictadura se agarra a la brocha

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Por Jorge Sotero

La Habana.- Basta con echarle un repaso a la portada de hoy del diario Granma para darse cuenta de que la dictadura no tiene opciones y apela al mismo discurso de siempre para intentar convencer a los pocos que le creen y, de paso, alargar su estancia en el poder.

Hace unos días, el impuesto presidente se reunió con los productores agrícolas de la occidental provincia de Artemisa, para pedirles más esfuerzos en la producción de alimentos, para proclamar que era un tema de los municipios garantizar la comida de su gente, para decirles que, si se organizan bien, pueden tener éxito.

Esa misma ‘muela’, que llevan utilizando desde hace casi 64 años, se la llevó a las provincias centrales esta vez, y de ella se hace eco Granma. El diario abre este viernes con “Trabajar sin descanso para levantar el país”, fruto de una reunión en Sancti Spíritus “para evaluar las potencialidades de los territorios con el fin de enfrentar la compleja situación económica y social del país”, aunque aclara, por supuesto, que es “fruto del bloqueo económico y la crisis mundial, generada por la pandemia”.

En esa reunión, además del Hombre de la Limonada, estuvo Manuel Marrero Cruz, el flamante primer ministro, y todo, según Granma, se centró “en el tema de la producción de alimentos, la entrega de tierras, el suministro de combustibles y el funcionamiento estable del sistema eléctrico nacional”.

Al final, el despacho es un floreo total, que no dice nada, porque nada interesante o desconocido deben haber dichos los dirigentes cubanos, que casi seguro salieron de la reunión a una mesa bufet repleta de frutas, quesos y carnes. Y luego a sus refrigerados autos, y a seguir, porque no les importa para nada lo que escasea en el país. A fin de cuentas, su problema está resuelto.

Pero Granma no se queda ahí. En otro despacho, titulado “El reto está en resolver los problemas con nuestros propios esfuerzos”, firmado, como el anterior, por Freddy Pérez Cabrera, el corresponsal del referido libelo en Santa Clara, está enganchado debajo de uno tomado de Prensa Latina sobre una cumbre en Guatemala, donde demuestra que ni a los editores ni a los directivos de Granma les interesa un pito el referido periódico.

Eso, digo, salió así en la edición digital. En la impresa, el referido despacho ocupa toda la página 4 y es un regodeo total sobre los mismo que dicen siempre y que no termina por resolver nada, porque, al final, los cubanos no ven la luz con el tema de los alimentos por ninguna parte, y el gobierno no encuentra las vías para cambiar la situación.

Y no puede encontrarlas, porque para trabajar tierras ociosas se necesitan personas con un poco de experiencia, que no las hay, además de maquinaria, aperos de labranza, combustibles, semillas, incluso pie de cría de los diferentes animales, y muchas otras cosas que no se encuentran en Cuba, y que los dirigentes no tienen ideas de cómo traerlas al país, porque nadie les da créditos ni préstamos, y la plata que ingresan la destinan a otras cosas, como a la construcción y mantenimiento de los hoteles, o a fortalecer las fuerzas represivas.

No le recomiendo que lea completa la nota de Granma, porque puede terminar con un mal de estómago, o tan aburrido como este redactor, que no tuvo el valor de llegar a la página cinco, también dedicada, íntegramente, al mismo tema, con los mismos argumentos… en fin, lo de todos los días.

Estos dirigentes, a pesar de que llaman a los cubanos a “pensar como país” no tienen la más mínima idea de cómo se dirige uno, de lo que hay que hacer para garantizar que el pueblo coma, se vista, tenga medios de transporte, cómo comunicarse, un techo decoroso donde vivir. Alguno, como el actual presidente, se adaptó a que, desde su puesto de dirigente de provincia, le llegara lo necesario para que la población estuviera tranquila, y cree que ahora alguien hará lo mismo desde el exterior. Y está equivocado.

No hay una solución a la crisis en ninguna de sus palabras. No logra abrir una ventana para que entre el aire y el cubano pueda respirar, en medio de la mayor crisis de la historia de Cuba. Solo apelan a las peroratas habituales. Cualquier día se quedarán agarrados ala brocha y sin escalera debajo. Ellos sabrán.

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