Más problemas en Cuba y soluciones cada vez menos creíbles

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Por Anette Espinosa

La Habana.- A Manuel Marrero y el gobierno que encabeza se le amontonan los problemas y las soluciones no aparecen por ninguna parte, cuando no sea alguna sugerencia desde una reunión de balance, de esas que se realizan en Cuba cada día sin que resuelvan ningún problema.

Hace unas horas se desarrolló el balance del ministerio de la Construcción y luego de escuchar que los planes trazados hace un año no se cumplieron, como era de esperar, los presentes, entre los cuales estaban Marrero y Ramiro Valdés, sin que se pueda explicar mucho la presencia de este último, se refirieron a las principales proyecciones de trabajo.

Tan mal anda el tema de la construcción en Cuba que, según la reseña del diario Granma, “el sistema empresarial atendido trabajó en 2022 en más de 500 obras, de ellas 510 son de continuación para este año, con 60 priorizadas.

Medio millar de obras, y solo 60 priorizadas, en un país que se cae a pedazos, donde el parque habitacional está cada vez en peor estado, parecen muy pocas, y una proyección demasiado poco ambiciosa, pero si leemos algunas nos damos cuenta de que en 2024 volveremos a hablar de incumplimientos, porque entre los planes está la modernización de la Fábrica de Cemento de Nuevitas, por ejemplo.

El cemento, el acero y los áridos constituyen los elementos principales en la construcción, pero producir el primero conlleva un elevado gasto en combustible, y ahora mismo en Cuba no hay petróleo ni para mover un ómnibus, una situación que, según especialistas, no se resolverá en los próximos dos meses.

En esa situación es imposible pensar que habrá alguna solución a los problemas constructivos, sobre todo en los relacionados con la vivienda, aunque de eso ya hablamos la víspera, cuando reseñamos la situación en la central provincia de Sancti Spíritus, donde escasea todo lo necesario para levantar una casa: cemento, acero, áridos, cables, mosaicos, y eso que aquella región es de las pioneras de Cuba en la producción de materiales de arcilla.

Según Granma, Marrero pidió que se priorizarán los trabajos en la planta de cemento de Nuevitas y en la José Mercerón, de Santiago de Cuba, aunque solo sea para que los problemas no se acumulen, en tanto el nonagenario Ramiro Valdés insistió en la necesidad de concluir las obras en la Empresa Siderúrgica José Martí, más conocida como Antillana de Acero, y donde se produce una buena parte del material de este tipo que se usa en las construcciones del país.

Al mismo tiempo, reconoce que la industria de materiales de la construcción es alta consumidora de combustibles, una razón “para mejorar la matriz energética… en las plantas de cemento de Cienfuegos, Sancti Spíritus y, en menor medida, Mariel, un proceso que se debe desarrollar de forma acelerada”, como si, de pronto, apareciera de la nada un combustible alternativo para sustituir al petróleo.

Y quiero recordar que en la isla volvieron los apagones, el transporte público está casi en cero, y las cosas en las gasolineras son enormes, solo porque no hay combustible, y el presidente del país dijo hace un par de días que la culpa no es del gobierno, sino de los socios internacionales, quienes, condicionados por tensas situaciones internas, no han cumplido sus compromisos con Cuba.

Incluso así, de acuerdo con el Micons, el plan es terminar más de 25 mil viviendas, la mitad de ellas levantadas por el sector estatal, y aunque no lo dicen ellos, lo digo yo: casi todas edificadas para los oficiales de las Fuerzas Armadas o los agentes del ministerio del Interior.

Si usted que me lee, duda, dígame en qué lugar ha visto levantar un edificio o una comunidad, en los últimos años, y que no sea de para personal de uniforme, los únicos a los que el gobierno cubano quiere tener contentos, aunque esos se sienten desde tiempos inmemoriales por encima de la población, porque no solo tienen casas confortables, les venden electrodomésticos y comida a precios muy por debajo del cubano común, sino que sus salarios triplican al del cubano normal, aunque se trate de profesionales, médicos entre ellos.

Mientras, más de 12 mil 500 corresponden a esfuerzo propio y subsidios, pero la pregunta es cómo lo harán, si no venden materiales por ninguna parte, si no hay cemento, ni arena, ni acero, ni herrajes para baños, ni lo necesario para la electricidad, si no hay madera ni cristales para puertas o ventanas.

En fin, volverá a incumplir el ministerio de la Construcción, que es lo mismo que el gobierno que preside Manuel Marrero, cuya panza seguirá su acelerado crecimiento. En tanto, seguirá acudiendo a reuniones para sugerir hacer esto o lo otro sin que haya una estrategia para resolver los problemas de vivienda, para reparar las carreteras o los hospitales, incluso las escuelas.

Con este gobierno, con este sistema que justifica todo, con estos gobernantes, Cuba no saldrá adelante jamás. El país no necesita de estos tontos útiles al castrismo que creen que basta con reuniones, caminar por algunas empresas, de esas que se caen a pedazos y vender esperanzas. La isla necesita de gente que arriesgue, que busque soluciones, que traiga a inversores, que piense en el pueblo.

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