
Newsletter Subscribe
Enter your email address below and subscribe to our newsletter
(Tomado de Facebook)
La Habana.- «El es nuestro hijo…es la oposición en la familia, el que más me critica…».
Son las palabras -un chiste sórdido más bien- del cuidador del Poder en Cuba, del servidor obediente de Raúl Castro, regodeándose con el representante de la iglesia de Pedro en la tierra mientras le señala al hijo de su esposa, para luego presentarle también a esta última, que no es primera dama porque en la dictadura castrista no se emplean -aun- términos demasiado burgueses, sino preferentemente eufemismos: «compañera»…
Una compañera pagada por el sudor de los cubanos…
Lo cierto es que Canel, para resistir más creativamente en su fatigoso viaje -otro más- por Europa, cargó no solo con su compañera…sino también con su hijastro (que es su escolta)…y se lo presentó al Papa.
Es esta una familia de excepción sin dudas.
En una sociedad que se ahoga en la más espantosa miseria, donde una libra de arroz -el alimento más básico de los cubanos- cuesta más de 200 pesos porque el totalitarismo de un régimen fracasado no permite libertades políticas, económicas, la iniciativa privada real, libre, para que los cubanos generen todo tipo de riqueza, y mucho menos es capaz de proveerlo a través de sus empresas ineficientes y corrompidas, como no provee NADA, sino represión, manipulación, miedo, llega al Vaticano una familia «neo-socialista» que viste trajes, calzado y prendas por un valor de miles de dólares, y sonríen y disfrutan el aire italiano como santos bendecidos…
Ese viajecito turístico está al alcance de la mano de la familia de Canel, de su amo Raúl, y de otros jerarcas del régimen castrista y sus familias, pero es un sueño impensable desde hace décadas para cualquier cubano, por más trabajador y honesto que sea.
Y es que en Cuba no se premia el mérito, sino el arribismo, la doblez, la obediencia al Poder.
Y la oposición del hijastro, sus críticas, son chistes de sobremesa, porque al verdadero opositor aquí se le encarcela, se le reprime, y se siembra así la desgracia y el luto sobre sus familias.
Ahora mismo, en este país, hay cientos de familias sufriendo esa angustia mientras él se jacta de liberal con la torpeza conque un simio se traga un banano…
Una sociedad así no puede prevalecer, no puede eternizarse; está condenada.
Y a sujetos como Canel, al otro y al otro…los veremos huyendo por el mundo con el dinero robado al pueblo cuando el régimen colapse, o temblando ante un tribunal respondiendo por sus crímenes.
No más dictadura en Cuba.