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Por Albert Fonse ()

Ayer ocurrió un hecho gravísimo que no puede pasar desapercibido. La policía de la dictadura cubana impidió que un vehículo diplomático de la Embajada de Estados Unidos en La Habana se estacionara frente a la casa de mi madre, Liset Fonseca Rosales. En el mismo lugar, también esperaba Layda Yirkis Jacinto Abad, madre del preso político Aníbal Yasiel Palau Jacinto.

El chofer recibió la orden de alejarse una cuadra. Fue en ese momento cuando el aparato represivo interceptó el automóvil y pidió el carné de identidad a Greisy Oliva, quien ya había sido recogida en casa de Marta Perdomo. Luego, la obligaron a bajarse.

Greisy es esposa del preso político Nadir Perdomo y nuera de Marta Perdomo, madre también del preso político Jorge Perdomo. Tres mujeres cubanas, familiares de presos de conciencia, fueron hostigadas por aceptar una invitación oficial de la Embajada de Estados Unidos.

¿Desde cuándo una dictadura puede detener un vehículo diplomático, identificar a sus ocupantes y obligarlos a descender sin que haya consecuencias? ¿Dónde está la inmunidad diplomática? ¿Dónde está la respuesta del gobierno estadounidense?

Esperamos la respuesta de EEUU

Lo sucedido fue parte de una operación nacional para impedir que opositores, activistas y familiares de presos políticos asistieran a la celebración del 4 de julio, Día de la Independencia de los Estados Unidos. Esta actividad era pacífica y simbólica, organizada en territorio diplomático. Sin embargo, la dictadura la trató como si fuera una amenaza.

Esto no fue solo una violación a los derechos de ciudadanas cubanas. Fue una humillación directa a la mayor potencia del mundo. Esta potencia, ante los ojos del pueblo cubano, parece débil e incapaz de hacer algo frente a la dictadura.

Esperemos que el Secretario de Estado Marco Rubio dé la respuesta que un agravio de esta magnitud merece. Además, que no se limite a memorandos sin medidas ni órdenes diplomáticas vacías frente a una tiranía que solo entiende el lenguaje de la presión y las consecuencias.

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