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Por Yoel Arias Hernández
La Habana.- No pocos dichos contienen la sabiduría popular cubana. No niego que muchos son de tal sentido común que tienen hermanos gemelos en casi todas las culturas e idiomas..
¿Verde con púas? Guanábana. Una genial simplificación que, con un tema agrícola, confirma que algo se hace evidente. El otro sería «siempre que pasa igual, sucede lo mismo». Ambos nos vienen como anillo al dedo. No se puede seguir tapando el sol con un dedo y al que le sirva el sayo que se lo ponga.
Una trama novelesca de intriga y encubrimiento se nos ha destapado recién, anoche en el NTV. Si pudiésemos borrar los acontecimientos previos, hasta segundos antes de que Rey leyese la nota, nos embargaría un sentimiento de malestar, circunscrito a la persona del ex ministro «tal». Acto seguido nos reconfortarían las palabras que nos llamaban a la unidad en torno a Partido y Gobierno y estaríamos prestos a enfrentar las patrañas que, muy seguramente, no demorarían el llover desde la orilla norte del estrecho de la florida.
Gracias a todo lo que existe, nos es imposible olvidar los acontecimientos previos, que no se remontan más allá del 1 de enero. Sí, no voy a ser tan ambicioso de hacer al lector remontarse al verano del ´89, sería injusto con las generaciones intermedias, aunque agradecería a todo aquel que me ahorrara tener que narrar hechos pretéritos pero perfectamente semejantes.
Corren las primeras horas del año nuevo, no concluye aún el día inicial de 2024 y un tradicional acto se lleva a cabo en un sitio histórico de la liturgia revolucionaria, con participantes añejos y otros menos viejos. El sobreviviente de mayor rango de entre los ancianos toma la palabra, como ha sido siempre la costumbre, para sellar tan sacrosanto evento.
Entre llamados a la unidad y sentencias que dan por seguro que el rumbo que se ha trazado es el correcto, loas al antecesor del orador y reiteración de nuevas y viejas consignas se dejan escuchar elogios para con el equipo que dirige los destinos nacionales. Se asegura, cuentan con toda la confianza de los, cada vez menos, «históricos» y se hace un llamado singular, al menos en la retórica del anciano líder, a que todo aquel que se considere cansado o no capacitado y se sienta como un freno para la consecución de los ambiciosos planes trazados, se haga a un lado y permita que otro asuma la tarea. Ha sido un mensaje claro, o eso creíamos, a los que llegaron a cargos de autoridad hace mucho y/o a los que, a criterio del anciano, no pintan nada en esos puestos. Hasta aqui el punto más lejano al que necesito referirme.
Más cerca en el tiempo el (ahora ex ministro, ex miembro del Comité Central y ex diputado «Tal») es sustituido de su cargo, no recuerdo bien si el etiquetado «le serán asignadas…» fue utilizado en ese momento. El lenguaje de esa nota, casi tan parco como el de la nota de anoche, nos dejó muy mal informados, en ambas. Algo curioso, al margen, ese día se posponen las medidas de austeridad que el propio defenestrado pretendía poner en práctica, dándole un breve respiro a la población, muy breve. Medidas defendidas por él y el alto mando como necesarias e inevitables.
Horas antes, el aún ministro participaba de la Marcha de las Antorchas y en entrevista in situ continúa defendiendo el sentido del paso económico a dar y arenga sobre la necesidad de la confianza en el sistema. Entre esta fecha y anoche, un presidente bastante cercano a «Tal» le felicita muy fervientemente por su cumpleaños y «Tal» le responde con # muy combativos y enjundiosos para con el máximo líder. Hasta ahí todo muy normal, nada que delate lo de anoche. Iba a usar «sospechar lo de anoche» porque desde la caída de «Tal» no hemos hecho más que tejer conjeturas una más disparatada que la anterior. «Piensa mal y acertarás», reza otro dicho y tampoco se equivoca.
La situación narrada, sin vincularla muy atrás con otros hechos pasados, no es diferente a otras tantas en que la opacidad del tratamiento dado no hace más que dejar más dudas que certezas. No solo por la similitud a otros anteriores si no por el actual orden de cosas, nada así habíamos sufrido antes. La propia nota es causa de suspicacia y acusaciones con mucha base lógica. En la Cuba actual no existe tal cosa como separación de poderes, las instituciones existen, eso sí, pero no pueden actuar de oficio, están limitadas por el omnipotente papel del artículo 5. No resultó raro escuchar que luego de saber ciertas cosas (que no sabremos cómo se conocieron) se ha «autorizado» a los «órganos competentes» a hacer lo que la ley dice que les toca hacer. Por supuesto esa autorización pasó previamente por el Comité Central, nada raro.
Lo poco que se narra cae en total contradicción con lo que luego se pide del pueblo. Lejos de priorizar el lógico malestar popular por la noticia, se le da más importancia a la posible arremetida, desde el enemigo imperial, de una campaña difamatoria contra el gobierno todo. En aspecto secundario se le pide al pueblo más confianza. Ni siquiera unas disculpas por haber nombrado y ratificado en su cargo al responsable de las decisiones (o eso quieren que uno crea) que tanto malestar han creado y seguirán creando en la población.
El anciano alabando el trabajo de un equipo de gobierno que parece perdido en un campo donde antes se sembraba lechuga (ya no). El tozudo criterio de continuar utilizando medidas del mismo corte, inapropiadas e impopulares. La incapacidad para dar un vuelco real a la economía, liberando de una vez y por todas las fuerzas productivas. Una desatención palpable al sensible tema del canje de divisas del que se desentienden, tomando medidas desconectadas de la realidad. Cero aplicación de planes encaminados a la recuperación agropecuaria y la creación de bienes de consumo. Todo en un coctel, sin alcohol, servido por «Tal», pero diseñado y confeccionado por todos ellos.
Increíble resulta que pidan más confianza en quienes han demostrado no saber qué están haciendo. ¿Qué confiemos en los que aún quedan allá arriba, dicen? Cuando las causas y condiciones que permitieron que «tal» lograra cometer «los errores» que se le imputan están ahí para que cualquiera de ellos los cometa en el futuro, si no los cometieron ya. Unas instituciones que, de operar de oficio y no maniatadas, debieron velar que esto no ocurriera pero no pudieron, son totalmente inoperantes.
Lo siento, no podemos con otro cheque en blanco de confianza, la nuestra está en números rojos. Hay muchos hijitos, nietecitos, arientes y parientes haciendo y deshaciendo sin límites y llenándose los bolsillos mientras este pueblo muere de hambre en la más deprimente oscuridad.
En cualquier nación esto sería un escándalo tan grande que el gobierno, desde el Primer ministro hacia abajo, renunciaría. Imposible es creer que el tercer hombre del Reich estuvo haciendo de las suyas y nadie sabía nada. Los móviles, supuestamente económicos, que motivan estas últimas medidas no son creíbles, por tanto, debería detenerse su aplicación e implementar otras y solo hablo por credibilidad.
Si es verde y tiene púas, seguro es corrupto. «Tal» cual.