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Por Carlos Carballido ()
Dallas.- Defiendo cualquier denuncia contra la malversación de fondos públicos y en particular la de los jugosos Grants para organizaciones que dicen luchar contra la tiranía cubana.
No me importa si esto ayuda al G2 o a la CIA. Es dinero de nuestros impuestos y tengo el derecho de cuestionar porqué se otorgan a organizaciones que no han tenido ni un solo resultado para llevar la libertad a un pueblo que, en realidad, tampoco la merece.
Valladares volvió a poner el tema sobre la mesa. Desde hace mas de 20 años varios periodistas, entre los que me encuentro, venimos exigiendo respuestas y jamás las han dado.
Por alguna razón fui prudente con la denuncia del también ex embajador de EEUU ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU durante el gobierno de Ronald Reagan, aunque reconozco que me agradó su actuación.
Sin embargo, tras las acusaciones recibidas por la maquinaria propagandística de Miami, con Otaola, Juan Manuel Cao y sus lamesuelas siempre en defensa de estos picaros de los Grants, como Orlando Gutiérrez Boronat, Valladares no supo dar pelea y al final terminó dándose un tiro en el pie mientras le dieron derecho a réplica en La Poderosa 670AM.
Un simple análisis periodístico nos lleva a la conclusión de que, al parecer, la denuncia de Valladares es solo una rencilla personal contra Boronat, porque este señor es uno de los tantos que lleva una vida de lujos fungiendo como líder del exilio. Valladares va contra él pero no entiende, o no quiere entender, que el tema de Grants relacionados con Cuba es sencillamente una estafa al contribuyente americano, sencillamente, porque en mas de 60 años no hay un solo resultado.
Lo más lamentable en la comparecencia de Valladares fue su incapacidad para defenderse de los tres ataques salidos del banco telefónico, a manera de los batallones de respuesta rápida del Castrismo.
Valladares no supo responder a preguntas que fueron a la yugular: su relato de la silla de rueda y la mortal: ¿De qué vive mientras denuncia a otro vividor?
Las repuestas patéticas. Vive de la pensión de haber sido embajador de Reagan ante la ONU y de sus libros pero mayormente de uno que fue Best Seller.
Según datos de la Oficina de Personal del Gobierno de EEUU ( OPM) un embajador por un término puede ganar 200 mil al año y su pensión serían aproximadamente cuatro por ciento del mismo. Es decir la pensión de Valladares oscila en 8 mil al ano que serían unos 660 dolares al mes.
Las regalías de best seller pueden oscilar entre el 15 y el 50 por ciento del valor de venta de cada ejemplar y solo duran mientras la editorial reimprima cada edición. Cuando la demanda se acabe, acabarán también esas regalías.
Desconozco si Valladares tiene otro trabajo. Quizás tenga que madrugar, como nosotros, para una vida decente pero esos argumentos que dio son similares a los dados por Boronat con aquello de que enviar televisores a Centroamérica puede contribuir a la liberación de Cuba.
Y es aquí donde veo la inmoralidad. Estas denuncias no pueden reducirse a ajustes barrioteros entre figuritas del exilio. Deben ser contra todas esas organizaciones que nos hemos cansado de denunciar. Alguien debe parar esta aberración. Y ese alguien no puede tener cola que le pisen y cuando dispare debe hacerlo a matar pero jamás en su propio pie.