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Por Ulises Aquino ()
La Habana.- Los estrategas para provocar el cambio político en Cuba se repiten y se vuelven a repetir. Tal parece que nuevas iniciativas no hay ninguna.
Mauricio Claver-Carone advierte ahora de qué manera van a apretar más las clavijas para que el pueblo salte y se cree el caos, para que se caiga el Gobierno.
Vamos a ver: Esas medidas lo único que consiguen es hacer sufrir más al pueblo cubano.
Es la más absurda interpretación de El Arte de la Guerra’ del General Sun Zui. Sean objetivos.
A tu enemigo cuando lo tengas acorralado, déjale la opción de escapar, sino lo haces peleará hasta la muerte, porque lo dejas sin otra opción.
¿Por qué no diseñan una estrategia en la que el pueblo de Cuba salga favorecido? Que tenga comida que se acaben los apagones… No es muy difícil. Obama con su apertura consiguió más.
Por primera vez vi a los alabarderos de aquí nerviosos, hablando horrores del pobre hombre. La gente estaba contenta, respiraba esperanza, y los burócratas de todas partes salieron a minimizar el gesto del hombre. Porque caló profundo, porque fue cercano por primera vez en la historia y dejó un buen sabor de boca.
Con ustedes tengo muchas dudas.
¿De dónde piensan traer ustedes a los próximos gobernantes de Cuba? ¿Piensan botar del país a todos los militantes, militares, cederistas, federadas y la madre de los tomates?
Estoy convencido de la incapacidad que tiene el gobierno de sacar al país de esta situación que amenaza con acabarlo todo. Todo, lo poco, o lo mucho, que va quedando. Y también estoy convencido de que nunca antes, como ahora, hemos estado expuestos a volver a ser un tipo de colonia.
Demasiada miseria, demasiada destrucción de nuestra identidad, de los valores. Demasiado tiempo de subsistencia que lo cambia todo.
La libertad también se sufre cuando no se conoce ni se disfruta.
Solo una mirada inteligente y profunda puede lograr los necesarios cambios. Devolverle al pueblo derechos y libertades fundamentales, necesarios para echar a andar el país, y que cambie con ello la visión del Estado como único capaz de decidir sobre lo que se puede y no hacer.
Las políticas diseñadas desde fuera de Cuba, se convierten en más pretextos y, por otro lado, en justificaciones para sostener la realidad que sufrimos. Los errores necesitan enemigos, si no existieran, entonces hay que inventarlos.