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Un paquete de pollo a 13 dólares y la tumba del socialismo cubano

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Por Arturo Mesa

Atlanta.- Entras en una tienda en divisas en la Habana y un paquete de pollo te sale en 13 dólares. Con esa sola imagen e idea se acaba la cacareada justicia social, política y económica de todo el sistema socialista que te pinta el noticiero.

En mi mala matemática, 13 por 450 igual a 5850 pesos, equivalente al salario mensual de un 70 por ciento de la población cubana e igual al precio de un solo kilogramo de pescado castero en una Mypime del mismo municipio de playa.

Por solo hablar de números, trece dólares vienen siendo el resultado del sudor de un trabajador luego de 160 horas de trabajo al mes; 0.08 dólares la hora. Ni el feudalismo más crudo logró que la gente trabajara por menos.

Si de números se quiere hablar, hablemos: con todo y la renta, el seguro y el auto, 13 dólares es media hora para cualquiera de nosotros que tenga un trabajo estable en el imperio malvado y cruel del deshumanizante capitalismo. Y se acabó la historia de justicia social y la sociedad mejor y hasta el hombre nuevo.

Pero un momento, que Arturito se equivocó, –dirían my cibercombatants–, serían 13 dólares porque El Toque así lo decidió y uno les responde lo siguiente: he aquí lo siguiente: “con una tasa de cambio oficial (incluso mala) y sin la necesidad de dólares para adquirir alimentos, no estuviésemos ni hablando de esto”. En realidad, si lo analizamos bien, la culpa de la inflación y el jueguito de El Toque es la ausencia de oferta en divisas y de alimentos de los cuales se tiene que ocupar una sociedad que se diga someramente socialista. ¡Y Marrero, promoviendo más turismo, chico!

Perdonen la emoción, voy a volver al ejemplo. No es que 5850 pesos estén mal, siempre que el pan cueste cinco, el pollo 25 y el aceite 10 como cuando nos engañaron con la canasta de Murillo en donde sobraría hasta para restaurar la vivienda. Lo que sucede es que la adopción de la dolarización ha resultado ser la primera traición al peso cubano desde su creación, moneda por la cual lucharon todos nuestros ancestros, expulsando para siempre (en sus sueños e ideales), la española, la inglesa y hasta el mismo dólar.

Poco se hablaría de El Toque, poco se hablaría del disenso y poco tuviese la prensa que mentir hipócritamente si el esfuerzo, el intelecto y el compromiso se hubiesen colocado en levantar el valor de la moneda nacional y la producción de alimentos en una isla agrícola, como siempre lo fuimos.

Pero a lo más que llegó la Universidad de la Ňico López fue a la apuesta por la moneda del enemigo, estúpidamente por la moneda del que la controla y al que condenamos enérgicamente toitícos los días. Llenamos los bancos de la moneda del enemigo “ya no la necesitamos más” y no hay una cifra en aumento hoy, en ningún renglón de la economía por el cual se pueda asumir una inversión efectiva.

Lo que sí hacen muy eficientemente es desviarte la atención hacia una organización que analiza el cambio de la moneda y hacia otra que manda dinero a Cuba y hasta te hacen creer que ese dinero le pertenece al Estado y es él quien dice cómo, y a través de quién, le entra al país. Algo así como que si te fuiste a ganar dinero allá, ese dinero de tu sudor sigue siendo mío. Nada, que la esperanza era verde, y en la escuela del Partido chapearon el jardín.

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