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Trump no está equivocado: autor de la enmienda 14 excluyó a hijos de inmigrantes ilegales

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Por Carlos Carballido

Dallas.- Cuando Donald Trump anunció su intención de limitar la ciudadanía por nacimiento a hijos de inmigrantes ilegales, medio país entró en histérica combustión espontánea.

La prensa tradicional —esa que confunde militancia con periodismo— lo tachó de xenófobo, y en redes sociales se volvió tendencia la idea de que “Trump quiere destruir la Constitución”. Nada nuevo.

Pero esta vez hay un detalle que incomoda: la historia no está del lado de los críticos… sino del lado de Trump.

No nos engañemos: la medida de Trump es jurídicamente arriesgada y SCOTUS tendrá que pronunciarse y será muy difícil obviar los antecedentes históricos que llevaron a la aprobación de la Enmienda 14.

La clave está en lo que sus propios autores dijeron al momento de redactarla. Algo que hoy muchos “expertos” prefieren no mencionar pero que formará parte de las argumentaciones.

Plantear un debate legítimo sobre los límites de la ciudadanía automática es para los progres y demócratas evidencia de intolerancia pero …..La ironía es que los redactores originales de la 14 sabían perfectamente que la ciudadanía no era un buffet libre.

El senador Jacob M. Howard, coautor de la cláusula, aclaró ante el Senado en 1866 :

“This will not, of course, include persons born in the United States who are foreigners, aliens, who belong to the families of ambassadors or foreign ministers…”

(“Esto no incluirá, por supuesto, a personas nacidas en los Estados Unidos que sean extranjeros, ‘aliens’, o que pertenezcan a las familias de embajadores o ministros extranjeros…”)

Fuente: Congressional Globe, 39th Congress, 1st Session, 2890.

No es un invento

Lo dijo el propio arquitecto de la cláusula. Pero hoy, si mencionas esto en voz alta, te acusan de “reinterpretar la Constitución desde el odio”.

Howard también dejó claro que la 14ª Enmienda no inventaba un nuevo derecho, sino que “simplemente declaraba la ley existente”. Para él, el concepto de jurisdicción implicaba lealtad política real, no el simple hecho de nacer en suelo estadounidense por accidente o estrategia.

La interpretación tradicional: una lectura literalista que provocó “mischief”

Desde el punto de vista jurídico la visión moderna de ciudadanía automática irrestricta es una malinterpretación que ha generado “mischief” (conflicto, división nacional).

¿Por qué? Porque parte de una filosofía textualista simplona, que toma el texto al pie de la letra y desatiende las intenciones de los redactores.

Si los mismos autores explicaron qué significaba “estar sujeto a la jurisdicción”, ¿por qué ignorarlo?

Bueno… porque políticamente es conveniente. Así de simple.

Cuando Howard menciona que no se deben incluir a los “foreigners” o “aliens”, no está hablando solo de diplomáticos. Eso ya era obvio.

La interpretación de los historiadores contemporáneos es que la cláusula estaba diseñada para excluir a personas que, aunque nacieran en territorio estadounidense, no estaban plenamente bajo la jurisdicción política del país debido al estatus de sus padres.

En defensa de la mal interpretada Enmienda 14, los antiTrump citan el caso Wong Kim Ark para argumentar que al nacer en EEUU automáticamente eres ciudadano.

Historia, no xenofobia

La Corte Suprema falló en United States v. Wong Kim Ark (1898) que Wong —nacido en San Francisco— sí era ciudadano. Pero aquí es donde comienza el mito moderno:

los defensores del “ius soli automático” suelen decir que este fallo prueba que hasta los hijos de inmigrantes ilegales deben ser ciudadanos. Eso es falso.

Los padres de Wong eran residentes legales, no ilegales. Por eso pelearon el caso y por eso tenía sentido abrir el debate jurídico.

Si hubiesen sido inmigrantes ilegales, el caso ni siquiera habría llegado a la Corte porque la premisa legal sería distinta.

Pero hoy se usa Wong como un conjuro mágico para justificar algo que el caso nunca dijo.

Por más que les pese a los no conservadores, para no ofender diciendo otra cosa, Trump no está improvisando; está reabriendo un debate abandonado

Podemos criticar el estilo de Trump, su modo de comunicar o incluso la oportunidad del anuncio. Pero en este punto específico, no está inventando nada.

Está recuperando una discusión que los propios autores de la 14ª Enmienda dejaron claramente establecida: la ciudadanía no es automática para cualquiera que nazca en territorio estadounidense, y menos aún cuando se trata de hijos de personas que no están legalmente bajo la jurisdicción plena del país.

Trump no está reescribiendo la Constitución. Está recordando lo que decía el tipo que la escribió.

Y eso, aunque moleste a muchos, es historia, no xenofobia.

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