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Por Manuel Viera ()
La Habana.- Sigo firme en mi postura. Trump hace pagar a todos por culpa de unos pocos y hace sufrir a miles de familias por el desastre del heladero. ¡No lo veo necesario!
Lo que falta para que emita una orden y deje sin efecto u ordene revisar las residencias otorgadas durante el gobierno de Biden no es nada.
Entonces terminará por pisarles el callo a muchos de esos que dicen que no hay otra forma de ordenar el desastre del heladero.
Pocas veces coincido en criterio con el condenador cubano pero sí, considero cínica la actitud de recibir con globos y canciones a miles de personas para luego darles 30 días para abandonar el país.
Lo veo bastante parecido a aquello de despedir a huevazos a miles de personas para luego recibirlos con congas en los aeropuertos.
Claro que en este sentido, a diferencia de Bruno Rodríguez, también considero muy cínico el establecer acuerdos con otros estados para abrir fronteras, establecer libres visados y propiciar la salida de millones de personas.
Ese método de escape a una crisis económica, política y social dio lugar a un caos migratorio sin precedentes, que no sólo ha puesto en jaque a varios gobiernos en la región sino que ha puesto en peligro y ha llevado a la muerte a cientos.
Sin embargo, me parece mucho peor que a sabiendas de ello no se haya hecho nada para rectificarlo de inmediato.
Sé que mi criterio no hará feliz a muchos pero no puedo dejar de ser sincero. Mi criterio no hará feliz sobre todo a los que desde un extremo de la política ven al Dió Trump como por allá por Rio Cauto ven al Dió Fidé.
Mi criterio al respecto es muy claro. El tema migratorio ha sido empleado cínicamente como herramienta política de uno y otro lado del mar.
Tristemente en medio de todo ello hay un solo perjudicado, la familia cubana. No pienso discutirlo con nadie. Pero ahí la dejo.