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TRANSPORTE QUEBRADO

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Por Reynaldo Medina Hernández ()
La Habana.- El servicio público de ómnibus está colapsado en Cuba. Claro, las autoridades nunca lo van a reconocer. En otro país la persona a cargo ya hubiera dicho en TV que estaban en quiebra y no podían seguir operando. Aquí, el mismo individuo, pediría confianza, asegurando que cuadros, técnicos y obreros trabajaban incansablemente, con el apoyo del Gobierno, el Partido y el Sindicato, para restablecer lo antes posible el servicio al pueblo. Y seguiríamos sin guaguas.
¿Qué solución hay para eso? Ninguna, al menos no permanente. En algún momento tendrán que comprar guaguas, repondrán el parque de La Habana y mandarán los tarecos que queden para las provincias, donde es peor. Pero si, como siempre, compran los equipos y no las piezas de repuesto, en unos meses empezarán a pararse por gomas, baterías, cajas de velocidad, etc. Canibalearán unas para que caminen otras, hasta que se paren todas. Y estaremos como ahora otra vez. El ciclo eterno, la historia sin fin, el cuento de la buena pipa…
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También pueden cambiar al ministro de Transporte por otro que tampoco resolverá el problema.
He visto «morir» a ilustres generaciones de guaguas: General Motors, Leyland (modelos Olympic I, II y III), Skoda, Camberra, Hino, Pegaso, Ikarus, las criollas Girón (hasta la XIV, las Diana y los llamados microwave), camellos, guarandingas… y perdido la mitad de mi vida en paradas, esquinas y entronques, esperando «algo»…
Tras varias horas en una parada tu estado de ánimo empieza a mutar: impaciencia, desesperación, angustia, impotencia, enfado, ira, furia. Por eso en la guagua se desatan todas las bajas pasiones, ya no suben personas, sino bestias. Para evitar llegar a eso, en la espera desato mi imaginación. Pienso en las películas y series de acción, cuando los malos capturan a los buenos e intentan quebrarlos, pero no lo logran con ninguna tortura. Déjenmelos a mí. Quisiera ver cuánto resisten James Bond, Jack Bauer y compañía esperando una guagua sin echar palante hasta a su abuela.

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