Singolax: la marca que promete lo que ningún padre quiere

Por Víctor ovidio Artiles ()

Caibarién.- Las marcas de los productos son determinantes en el mercado. Están obligadas a provocar el deseo de consumirlas. Lleva un estudio profundo antes de echarlas a andar.

Así han surgido marcas malas y marcas buenas. De las malas no vale la pena hablar, pero me vino a la mente ahora aquella marca cubana de productos cárnicos llamada Álamo y su eslogan «El mito del sabor». El eslogan no está mal pero eso de ponerle el nombre de un árbol a un trozo de jamón de cerdo está un poquito fuerte. Pero no quiero hablar de jamones ni de matas.

En medio del apagón (tranquilos, tampoco hablaré de apagones) fuimos a comprar galletas dulces para nuestros parlanchines habitantes. Una variedad tremenda hay en esa tienda del nuevo actor. Hay galletas de todos tipos, sabores y marcas pero una en especial nos llamó la atención.

Un paquete rojo y blanco enseña su marca, con una desfachatez tremenda: Singolax. Chico, lo veo fuerte para el consumo infantil. Pudieron ponerle Chicolax, Chocolax…qué se yo, pero Singolax… se les fue la mano, indudablemente.

No sólo lo veo contraproducente para los pequeños de casa sino también para nosotros, los grandes. Dije no hablaría de apagones pero ellos existen fuera e independientemente de la voluntad de los hombres, vaya… al menos de los hombres y mujeres de mi casa.

Eso de Singolax… como que no se ajusta a estas noches y madrugadas tratando de dormir en pelotones en los pisos de la casa. No le haré una guerra comercial pero no lo compro más.