
SIGUE LA REPRESIÓN DESPIADADA Y AÚN ASÍ JOSÉ DANIEL FERRER HABLA DE DIÁLOGO
Por Anette Espinosa ()
La Habana.- Lo que ocurre en Cuba no tiene nombre y en el vídeo cuyo link dejaré acá pueden ver una muestra. En la intersección de las calles Monte y Factoría, en esta capital, la fiel policía castrista metió preso a un anciano de 71 años que vendía caramelos.
El hombre, Héctor Julio Cedeño, vendía unos caramelos para sobrevivir, porque los ancianos en Cuba, los normales, solo subsisten, cuando se aparecieron los sicarios del castrismo para llevárselo preso.
Ver vídeo acá: https://www.facebook.com/share/v/17aSu3GNbr/
Al hombre, abiertamente opositor al régimen, lo agarró por el cuello uno de los ‘camisas negras’ -léase camisas de cuadro- del régimen, y lo metió por la fuerza en un vehículo, ante los gritos de los presentes, que les vociferaban ‘terroristas’, en uno de esos episodios que hace que los hombres y mujeres de bien sintamos indignación hacia estos hechos y odio hacia los gobernantes y los que los defienden.
Apelan a la violencia contra un hombre mayor, que no ofrece peligro alguno, que lo único que hace es buscarse unos centavos para comprar, tal vez, lo que no puede con lo poco que le deben pagar de jubilación, una miseria, cualquiera haya sido el trabajo que tenía cuando se vencieron sus años de trabajo y llegó la hora de descansar.
Cuba es el único país del mundo donde ocurren cosas así, donde centuriones al servicio del gobierno persiguen a personas que venden unos caramelos, elaborados manualmente, para ganarse la vida, y luego hay que escuchar a José Daniel Ferrer, supuesto paladín de la oposición -o la disidencia- diciendo que la Cuba del futuro se formará a partir del diálogo entre todos los cubanos.
A Ferrer le preguntó cómo cree que puede haber diálogo y tolerancia con tipos como estos, como los que se llevaron presos a Héctor julio Cedeño solo por vender caramelos. O cómo se puede ser tolerante con todos esos que han sometido a los cubanos, a base de engaños y manipulación.
De todo esto, siempre quedan cosas buenas, sobre todo la rebeldía del cubano común, el que sufre, que le gritó en la cara a la policía ‘terroristas’, o el de una morena que le dijo a otro ‘tú también tienes familia’, como advirtiéndole que lo mismo que hacen con Héctor Julio Cedeño, se lo pueden hacer a ellos.
Todo eso, a pesar del dolor por la vejación y la violencia de los policías, deja buenas sensaciones, porque todos sabemos que mientras más arrecia la represión, más cerca está el final, sobre todo en momentos que responden a cualquier cosa, y no solo a Marco Rubio, sino hasta memes y post en cualquier lugar, porque saben que el final está cerca, casi al doblar de la esquina.
Yo solo quiero que el castrismo caiga, para ver a todos estos represores postrados de rodillas ante los que fueron sus víctimas, o huyendo hacia el oriente, desde donde nunca debieron salir, porque ellos no caben en los aviones.
Hoy siento odio. Y eso, lo sé, no es bueno.