SIGUE CON TUS RIDÍCULOS, ¡PERO NO TE LO VOY A COMPRAR!

Por Anette Espinosa ()

La Habana.- Una vez, hace muchos años, cuando estudiaba periodismo, un profesor me alertó sobre la fina línea que separa lo sublime y lo ridículo en este mundo de las letras. «Puedes pensar que has escrito una genialidad y resultará ser una ridiculez, un motivo de mofa total», me dijo, y luego me recalcó: «No lo olvides jamás».

Aquellas palabras se me quedaron para siempre grabadas. Me hice la promesa de no olvidarlas, pero al parecer otros estudiantes de la carrera, o periodistas improvisados, no tuvieron un profesor que los alertara a tiempo y se enrolan con pasmosa facilidad en temas que dan pena, aunque lo hacen como si su obra fuera digna de un Pullitzer.

En redes sociales se ha hecho viral un vídeo de una panadería del oriente del país, donde, en lugar de hacer pan y vender, como no tiene harina, se dedica a hacer caldosa -ese engendro que intenta a toda costa sustituir al ajiaco- té de yerbas, como dice, y yuca con mojo.

No pasa nada si alguien pone un puesto de venta de yuca con mojo, de caldosa e infusiones. Es más, en las condiciones de Cuba hoy, creo que hasta sería bueno, porque al menos algunas personas tendrían la posibilidad de que les cayera algo caliente en el estómago, ante la falta de alimentos y de combustible doméstico.

Lo ridículo es que la periodista en cuestión va al lugar y monta varias entrevistas, entre ellos a algunos que van a comprar y, como es lógico en la Cuba donde nada se puede cuestionar, se deshacen en loas.

«Es una buena iniciativa», dice uno. Para otra, «es muy bueno tener una opción para mi esposo, que no tiene pan para desayunar», a lo que yo agregaría que ni pan, ni huevos, ni leche, ni jugo y mucho menos bacon o yogurt.

Una dirigente dijo que que es una buena solución el uso de ‘extensores’ para resolver problemas a la población.

Dicen que la «caldosa tiene buen sabor y tiene bastante condimento». En fin…

Ah, las ofertas son en manera controlada, para llegar a la mayor cantidad de población posible, lo cual quiere decir que la yuca, la caldosa y el té no son por la libre.

Al final, la periodista genera una obra de arte, digna de estudiarse en las mejores escuelas de periodismo del mundo y no en las devaluadas facultades del país: «En este escenario urge ampliar la variedad de productos que se expenden como alternativa ante la escasez de pan, así como garantizar la calidad para impactar positivamente en la alimentación…», dice.

Cuando uno ve, escucha o lee estas cosas, no puede menos que quedar impactado y preguntarse hasta dónde hemos llegado en este camino ridículo al que nos lanzó el castrismo.

Es hora de abrir los ojos. NO podemos seguir ajenos a nuestra realidad y la diferencia con el mundo real. En ningún lugar de este planeta no hay pan. Puede que no haya carnes para todo, pero pan… Y si no hay, no quieras que te crea el ridículo de la caldosa y los extensores. ¡Dios me libre!