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SEGUIREMOS SIENDO FRONTALES CONTRA LA DICTADURA
Por Luis Rodríguez Pérez
Quivicán.- Este boom de «liberación» de presos no me movió un sólo músculo cardíaco, ni neurona alguna que saltara de esperanza por María Cristina y Lisandra Góngora. Y es normal, a lo largo de estos tres años he recibido cientos de citaciones con la Inseguridad del Estado, donde se me profetizaban amenazas terribles o me prometían futuros blancos. He tenido contacto con decenas y decenas de los siempre positivos abogados; he dado casi un centenar de entrevistas denunciado y en post otros tantos; he recibido muchísimas palabras esperanzadoras de excelsas personalidades y hermanos sabios; he sido testigo de incontables y misteriosos movimientos dentro de las prisiones; en fin, que todo esto ha curtido mi alma, soy inmune a los «juegos raros».
Me alegro por los «liberados». Me alegro por sus familiares. Sería un ogro no estar alegre por ellos.
Ahora, los de mayor vergüenza, sufrirán la mordaza de su «libertad condicionada». Deben cuidarse. La hora cero no se tarda, y los necesitamos afuera, y cargando el liderazgo.
A los que quedan en las inmundas jaulas, a sus familiares: ¡Prohibido Desanimarse! No caeremos en el infantil chantaje de cuestionarnos: ¿y si no hubiésemos sido tan frontales? ¡Lo hemos sido y lo seguiremos siendo!
