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“SATANÁS” CASTRO ARGIZ

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Por Esteban Fernández Roig

Miami.- Hubo un tremendo bandido gallego que jamás debió pisar tierra cubana: Ángel Castro, que de Ángel no tenía nada y de diablo tuvo muchísimo.

Ángel María Bautista Castro y Argiz (nacido en Láncara, Lugo, España, 4 de diciembre de 1875) dicen que llegó primero a la isla participando en la persecución de Antonio Maceo.

Después volvió siendo ya Cuba libre y se instaló en Cueto, Oriente, donde acumuló una fortuna a base de triquiñuelas, fechorías, abigeato, negocios sucios, y de madrugada movía las cercas de su finca robándole hectáreas de sus tierras a los vecinos.

Casado con María Argota rápidamente comenzó relaciones ocultas, íntimas y abusivas con la criada Lina Ruz González, una guajira isleña, natural de Las Catalinas, Guane, Pinar del Río, semi-analfabeta, hija de un turco comerciante y una cubana pinareña, a la que embarazó en infinidad de ocasiones.

Así dio inicio a la más terrible familia -peor que la peste bubónica- que ha azotado a la isla de Cuba por más de 66 años.

Se negó a reconocer a sus hijos durante muchísimos años y el futuro tirano fue inscrito como Fidel Hipólito Ruz, sin su apellido paterno…

Mientras tanto, aguantó el tarro pegado por Lina con el guardia rural Felipe Mirabal del cual nace la china mamporrera.

Satanás Castro Argiz murió en Birán, 42 días antes del desembarco de su hijo Fidel junto a otros 80 expedicionarios en la playa de Coloradas, sin enterarse del alcance del daño que su semen causó en su odiada isla.

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