
Newsletter Subscribe
Enter your email address below and subscribe to our newsletter
Por Irán Capote
Pinar del Río.- Cuando aparecieron las tres papas en el viandero, pité para todo el mundo: «No las toca ni Dios, porque esas tres tristes papas las voy a freír cuando aparezca un pomo de aceite que se pueda pagar.»
Hoy las herví con coles y carne que extraje de un hueso que tenía guardado para cuando aparecieran unos frijoles blancos. Se estaban poniendo viejas, como mi deseo de poder comprar un pomo de aceite a precio módico.
Como también tenía miedo de que el hueso se echara a perder con los apagones. Pues no quedó más remedio que meterle mano en una misma receta antes de que se jodieran papas y huesos, y fuera peor el remedio que la enfermedad.
Y salió este «compuesto» con las reservas de guerra.