
RAÚL CASTRO: UNA MONARQUÍA ABSOLUTA E ILEGÍTIMA EN PLENO SIGLO XXI EN EL HEMISFERIO OCCIDENTAL
Por Joel Fonte ()
La Habana.- ¿Cuántos miles de cubanos que aún adoran la figura de Raúl Castro como la de un demócrata -así como lo hicieron antes con su hermano- tienen cabal conciencia de que son manipulados…?
Excluyendo a sus eternos cómplices -¿qué dictadura no los tiene?-, ¿cuántos ingenuos compatriotas siguen viendo a Castro y su lacayo Díaz-Canel como ‘grandes demócratas’, o ‘luchadores incansables contra el imperio’…?
La historia del castrismo ha sido la consecución de una furibunda campaña tras otra de manipulación a gran escala de las masas, y de la exportación de tales mentiras a todo el mundo.
En Cuba no hay un Gobierno, no hay un Estado: el poder está en manos de una estructura criminal que se articula como un estatismo fascista regido por una dictadura que se asemeja, aunque sin legitimidad, a una monarquía absolutista de las que prevalecieron sobre todo en la Edad Moderna, (desde la caída de Constantinopla bajo el Imperio Otomano, en 1453 D.C, hasta el inicio de la Revolución Francesa, en 1789), y que solo persisten en algunos países de Asia y Oriente Medio, además del Estado del Vaticano.
Así pues, una monarquía absoluta es aquella forma del poder político en la que el monarca es el origen y fuente de todo Poder, gobierna casi por derecho divino y su voluntad es la única Ley.
Los habitantes y súbditos del Estado son considerados propiedad personal del monarca, el cual concentra todos los poderes para legislar, juzgar y gobernar, así como el control del ejército y de las instituciones.
Pero lo retorcido, lo que identifica al monarca Castro es que todo este poder lo ejerce en Cuba ‘de factus’, porque no hay un solo artículo en la mal llamada constitución, que el mismo impuso en 2019, que le reconozca tal grado de autoridad.
Al menos el Rey Sol -Luis XIV, en la foto- era reconocido por Europa como un verdadero Rey.
Basta de tolerar injusticias. ¡No más dictadura en Cuba!