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¡QUÉ VIVA LA UJC…BIEN LEJOS!

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Por Mkc Cerralvo
Santa Clara.- No fui, ni soñé, y mucho menos deseé ser de la Unión de Jóvenes Comunistas.
Durante mis estudios en la Vocacional y la Universidad, tuve mis compañeros de la UJC, en su mayoría comecandelas.
Hoy no son ni agricultores, ni maestros de azúcar de un central, ni reparadores de chumaceras de las termoeléctricas, ni trabajan en un policlínico, ni maestros de las escuelas y secundarias, ni obreros de una industria, ni ninguno de los trabajos más necesitados en nuestro país.
Hoy, los que quedan acá, son dirigentes y vividores, con carros, aires acondicionados, cargos, casas y privilegios.
Los otros que recuerdo se cambiaron de bando y en su mayoría se fueron. Ninguno de los comunisticas que conocí dieron su paso al frente y sacrificaron su vida trabajando donde el «deber los llamaba», donde «la sociedad los necesitaba realmente» y donde “supuestamente” prometían que se iban a comer el mundo.
Yo, anticomunista de siempre, he aportado más a la sociedad y a este país que muchos de ellos, aunque no he gritado consignas, ni he ido a desfiles, ni subí el Turquino, ni me puse pulóver rojos, ni he estado en actos políticos y mucho menos en «Trabajos Voluntarios» que dan más gasto que lo que realmente aportan.
Pero lamentablemente este gobierno, prefiere los aduladores, los que desfilan, los que gritan y los que prometen, a los que hacen, a los que piensan y desean lo que es realmente mejor para este país, aunque no coincida con el discurso oficial.
Pónganle un GPS a los actuales gritoncitos de la UJC de hoy. Y de aquí a 10 años averigüen dónde están.
¿A que no los encuentran cortando caña, sembrando boniatos, cosechando frijoles, trabajando en la industria, dando clases en las montañas, o de médicos en uno de nuestros hospitales sin recursos?
Los que queden, que no emigren, estarán en alguna misión ganándose un buen dinero, otros de seguro acomodados en algún cargo y con su buena vida, y la gran mayoría lejos, en países con sistemas políticos y económico opuestos al nuestro y haciendo lo que supuestamente criticaron.
El tiempo me desmentirá o me dará la razón.

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