
PRIVILEGIOS…
Por Tania Tasé
Berlín.- A raíz de un comentario que hice ayer en una publicación de otra persona, un genio me escribió acusándome de hablar desde la comodidad de mis privilegios.
«La autocompasión los mata más rápido que la dictadura «. Ese es el comentario que dejé en un post ajeno.
No le hubiera dedicado la menor atención al genio, si no fuera porque tuve un dejavu de otras veces que me han acusado de lo mismo.
Cuando pregunto cuáles son concretamente mis privilegios, me los enumera con mucho placer y rapidez: refrigerador lleno, además de palomitas de maíz y netflix; ser blanca, heterosexual, y ser libre. Esas fueron sus palabras.
Le dije al genio que si conoce tan bien mis privilegios, es porque se siente en desventaja y le pedí que me dijera sus no privilegios. Respondió: soy negro, gay (usó otra palabra que no puedo poner aquí), vivo en la isla prisión y tengo el refrigerador pelao.
Pregunté qué hace para cambiar su realidad y ser un privilegiado y después de ofenderme me bloqueó.
Vamos por partes:
-Yo sí tengo el refrigerador lleno, no tengo netflix y las palomitas de maíz me dan acidez. No tengo netflix por la misma razón que a veces paso hambre aunque tenga comida: me paso el maldito tiempo tratando de cambiar la realidad de genios como éstos.
-Yo no sé si soy blanca o no, no entiendo de esas cosas de razas, mi bisabuela por parte de padre era negra y esclava. Y quizás sea esa la razón de que ningún peluquero logre poner mis pelitos ingobernables en orden.
-¿Heterosexual? Ja, ja, ja, pregúntame! O mejor no, porque eso no es asunto tuyo.
-Sobre eso de ser libre: yo vivo en un país que trata de construir algo que se llama democracia día a día, aunque a veces pareciera que está a punto de irse a la mismísima mierda. Y vivir aquí es algo de lo que he pagado el precio con creces. Como millones de cubanos. ¡Caramba, si estamos a un tilín de ser más afuera de los que quedan dentro!
Yo cambié mi realidad como pude, sin pedir ayuda a nadie y sin quejarme de mis desventajas. Y ahora trato de tanto como pueda, ayudar a genios como estos a transformar la suya.
Usen sus cerebritos quasi pensantes en descubrir y reconocer que los únicos cubanos privilegiados, son los pertenecientes a esa casta fascista y mafiosa que desgobierna Cuba.
Y no confundan mi amabilidad, cortesía y paciencia, con mansedumbre, porque se van a llevar una sorpresa. Me tienen la lloradera y la quejita hasta el último pelo.
Pd: esto es sólo un ejercicio entrenando mi capacidad para dar parones a los falta de respeto. No vaya a ser,¡no lo quiera Dios!, que se me atrofie de no usarla.