Enter your email address below and subscribe to our newsletter

Comparte esta noticia

Por Víctor ovidio Artiles ()

Caibarién.- Llegué a la casa pasadas las tres de la madrugada. Es tedioso decir que el barrio estaba envuelto en una penumbra infernal.

Entonces, busco, casi desesperado, el llavero para abrir reja y puerta, con la ya no tan nueva preocupación de ser sorprendido por unos de los desvelados que andan asaltando cuanta luz se les interpone en busca de unos miles de pesos.

Logré entrar y, por cosas de la casualidad, voy directamente a abrir la puerta de la cocina. La familia había decidido dormir en los cuartos, a pesar del calor.

Al abrir logré escuchar un tropelaje en la parte trasera del apartamento.

Con la luz del teléfono pude ver que los compañeros rateros habían rajado la malla y partido la cortina de madera. Por el hueco abierto hubiesen sacado lo que escogieran si no llego a aparecer.

¿Qué haces en el caso de poder sorprender un ladrón en tu casa? ¿Llamas a la Policía, que no es la de Tras la Huella ni la del 911? ¿Le cortas un brazo al mejor estilo Sato Ichi? ¿Sales a enfrentarlo como si fueses Bruce Lee y que te maten pues nunca serás ese chino?

La ley del Lejano Oeste se irá imponiendo si las leyes no acompañan. Yo, por si las moscas, afilaré otra vez el machete.

Deja un comentario