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(Tomado de La Tijera)
Las donaciones no llegan a los damnificados, pero las tiendas en dólares y las MIPYMES del régimen siguen abastecidas y abarrotadas.
Mientras el pueblo cubano sobrevive entre apagones, hambre y destrucción, la dictadura mantiene un sistema económico dual e inhumano, donde solo quien tiene acceso a divisas puede comer.
Los salarios en pesos no alcanzan ni para un cartón de huevos, mientras los precios en las tiendas en dólares suben cada semana. El cubano de a pie vive de la remesa o del milagro, mientras las MIPYMES —muchas controladas por familiares o testaferros del régimen— importan, venden y lucran con el hambre de los demás.
Tras el paso del Huracán Melissa, la crisis se ha hecho aún más visible: no hay materiales de construcción, no hay agua, no hay comida, pero sí hay productos en las tiendas dolarizadas del gobierno.
El contraste es doloroso y evidente: el sistema no está en ruinas por el bloqueo, sino por la corrupción y el saqueo institucionalizado.
Una realidad que desmonta la fábula del cruel bloqueo que impide avanzar a los Cubanos, cuando el único y verdadero Bloqueo lo ha impuesto el Régimen Castrista.