Por René Fidel González ()
Santiago de Cuba.- Vivimos, estamos atrapados dentro de un bucle del subdesarrollo político.
No se trata ya de la incapacidad de aprender de la experiencia, es, para nuestra desgracia, la incapacidad de no poder evitar repetir la experiencia.
Parecemos como sociedad y como personas más dispuestos a repetir interminablemente – y en todas sus infinitas variantes – la exclusión política y su cultura de poder contra el otro, que a intentar trascenderlas.
Nuestro subdesarrollo político es un auténtico laberinto de exclusiones en que hemos encerrado como si fuera un monstruo mítico, irreconocible y peligroso a la única esperanza de la Nación pero también a nosotros mismos.
Incapaces de sembrar y atenernos luego a que germine la idea de un futuro en que esté el proscrito repetir el ciclo de la exclusión y el odio político contra el otro, corremos como Nación el peligro de perder definitivamente la capacidad de proponer un futuro.
No es que los cubanos se estén marchando, no es que nuestros hijos, hermanos y amigos se estén yendo, es que desde dentro y desde fuera, le estamos proponiendo lo mismo: subdesarrollo.
Proponer un futuro es siempre proponer una oportunidad para intentar hacerlo mejor, para una vida mejor.
El subdesarrollo político es eso, la incapacidad de proponer o hacer lo político distinto a lo que no es lo mejor, la negación a dejar que otros puedan intentar hacer lo diferente a lo que les hace daño, los excluye y disminuye en derechos, libertades e igualdad, la negación a darle un chance a lo que es el anhelo del otro, en lo que el otro espera encontrar lo digno, a la sencilla felicidad del otro.
No hacer esto, que es a un mismo tiempo la renuncia y la culpa histórica de una generación anterior, por poner en altar hasta hoy al poder y por dependencia íntima e insuperable a él, es también nuestra responsabilidad.
Preciso es proponer la salida del laberinto, rescatar de allí la esperanza de una Nación de ciudadanos, de iguales sin fueros ni privilegio político alguno, para que todo esto que hoy vivimos sea un día, las memorias del subdesarrollo.
Todos, ellos y nosotros, nos estamos quedando sin tiempo.
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